lunes, 28 de diciembre de 2020

Reseña: La inquilina de Wildfell Hall, de Anne Brontë



Ficha técnica:


Título: 
La inquilina de Wildfell Hall 
Título Original: The Tenant of Wildfell Hall
Autora: Anne Brontë
Año de publicación: 1848
Páginas: 574
Género: Ficción, clásico
Sinopsis: Tras muchos años de abandono, la ruinosa mansión de Wildfell Hall es habitada de nuevo por una misteriosa mujer y su hijo de corta edad. La nueva inquilina –una viuda, al parecer– no tarda, con su carácter retraído y poco sociable, sus opiniones a menudo radicales y su extraña, triste belleza, en atraer las sospechas de la vecindad, y a la vez la rendida admiración de un joven e impetuoso agricultor. Pero la mujer tiene, en efecto, un pasado más terrible y tortuoso si cabe de lo que la peor de las murmuraciones es capaz de adivinar. Una obra que escandalizó y repugnó a sus contemporáneos, todavía hoy, la dureza, audacia y auténtico rigor de esta novela siguen siendo igual de sorprendentes y desafiantes.



Reseña:


Anne Brontë fue una novelista, poetisa e institutriz que nació en 1820 en Thornton, Yorkshire, Inglaterra. La menor de la familia Brontë, fue mayoritariamente educada en casa junto a su hermana Emily. Empezó su aventura literaria creando mundos con sus tres hermanos (Charlotte, Branwell y Emily) y especialmente con la última. Fue durante su época como profesora e institutriz que empezó sus poemas, que se publicarían en 1846 en la colección Poems by Currer, Ellis, and Acton Bell. En 1847 publicaría Agnes Grey, que se quedaría eclipsado por su publicación conjunta con Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights), de Emily. Su última novela, La inquilina de Wildfell Hall (The Tenant of Wildfell Hall), se publicaría en Junio de 1848.

La inquilina de Wildfell Hall fue un libro que logró un módico exito y mucho escándalo en su aparición. Sus temas, así como su estilo realista, hicieron que fuera un libro ampliamente criticado, especialmente tras el descubrimiento de la identidad real de su autora. Charlotte Brontë, hermana mayor y editora de las obras tras la muerte de la autora, impidió la publicación de este libro tras su segunda edición y la muerte de su hermana. La opinión general era unánime: el tema no se correspondía con el de una mujer virtuosa.

¿Qué tema? En resumen, el feminismo. La obra trata la importancia de la situación legal y económica de la mujer en el contexto de la sociedad de mediados del siglo XIX en Inglaterra (cuando la mujer aún no tenía propiedades, véase el Married Women's Property Act 1870), incluyendo temas de propiedad, herencia, educación y más. Pese a ser una obra con casi doscientos años de existencia y un carácter extremadamente cristiano (protestante), es también una obra extremadamente actual en su trata de temas relacionados con el matrimonio, el cortejo, la crianza de los hijos y las mujeres en el arte.

Para terminar esta reseña, cabe destacar que el estilo realista (en comparación con el estilo romántico que estaba en auge en su momento, ejemplificado por las obras de sus dos hermanas) de esta autora también toca otros temas interesantes como la educación en casa, las relaciones de amistad, los excesos y la salud. También toca temas de alcoholismo, adicciones y juegos de azar y de apuestas. Todo ello, además, en un estilo directo y elaborado, sincero pero sonoro, combinando la importancia de transmitir con claridad con la sensibilidad de una novelista impresionante. La trama es extremadamente adictiva, incluso en una relectura como fue mi caso, y los personajes extremadamente carismáticos.

Espero que si no conocíais el libro queráis leerlo, y que si lo conocíais me dejéis vuestras opiniones aquí abajo. ¡Hasta pronto!

lunes, 14 de diciembre de 2020

Reseña: Herland, de Charlotte Perkins Gilman

Reseña para el Insolente Bingo Violeta: Herland, de Charlotte Perkins Gilman



Ficha técnica:


Portada de Dellas: Un mundo femenino, de Charlotte Perkins Gilman, por Ediciones Abraxas
Título: 
Dellas: un mundo femenino ó Matriarcadia
Título Original: Herland
Autora: Charlotte Perkins Gilman
Año de publicación: 1915
Páginas: 147
Género: Ciencia ficción, utopía
Sinopsis: Matriarcadia es el relato de una sociedad utópica en la que sólo existen mujeres, quienes gobiernan una sociedad ordenada y pacífica sin varones desde hace dos mil años. Su apacible vida se ve alterada por la expedición de tres hombres de muy diferente carácter: un romántico soñador; un orgulloso joven adinerado, acostumbrado a dominar a las mujeres, y el narrador, abierto a comprender el nuevo mundo por descubrir. Los tres tienen la oportunidad de conocer una nueva civilización, y acogerán las costumbres de esta de muy diferente grado. Así, desde el punto de vista de un hombre, la activista feminista Charlotte Perkins Gilman pone en evidencia la rigidez de la sociedad americana en la que ella vive en contraste con una imaginaria cuya correcta marcha demuestra que la mujer, la feminidad y la maternidad pueden cumplir un papel muy distinto en la educación, el amor y la vida cotidiana. 

Reseña:


Charlotte Perkins Gilman fue una escritora, activista, ensayista y reformadora social que nació en 1860 en Hartford, Connecticut, Estados Unidos de América. Parte de la familia Beecher, que incluía a Harriet Beecher Stowe, la autora de La cabaña del tío Tom, y a Isabella Beecher Hooker, sufragista, Gilman se consideraba una mujer avanzada a su época. Tras su único embarazo y la separación de su primer marido, en 1890 se unió al grupo pacifista anti-capitalista Nationalist Clubs y, con ello, empezó a publicar sus primeros poemas y relatos, incluyendo su obra más famosa hasta la fecha: el relato "El papel amarillo". Entre 1909 y 1916 publicó su revista personal, The Forerunner, en la que publicó Moving the Mountain (1911) y su continuación, Herland (1915, con una traducción al español como Dellas: un mundo femenino (2000), por Ediciones Abraxas, y como Matriarcadia (2017), por Ediciones Askal).

Herland es una obra independiente (con una secuela) que suele considerarse parte de la trilogía de novelas utópicas de la autra, al ser obras relacionadas por sus temáticas. Y es que si algo une Moving the Mountain, Herland y su secuela directa, With Her in Ourland, son sus temas: el enaltecimiento de la mujer como madre, la crítica a los roles de género, la superioridad sexual de la mujer, los derechos reproductivos de la mujer, la eugenesia, el control social, el racismo, la xenofobia, la heteronormatividad y una variante bastante única de animalismo.

En Herland, tres hombres blancos americanos llegan a un paraíso en el que las mujeres viven sin necesidad de hombres. En esta utopía, en la que el libro indica que todas las mujeres son superiores por ser de raza aria y en la que se asume que al ser todo mujeres no conocen el amor romántico, las mujeres lo hacen todo: son fuertes, inteligentes, bellas, pacientes, buenas, perfectas. La obra también está llena de comentarios machistas realizados por los tres hombres protagonistas, menciones a la necesidad de mantener relaciones heterosexuales y opiniones sociológicas centradas en el nativismo, el orientalismo y otras corrientes relacionadas con el racismo y la xenofobia. Además, la obra incluye un intento de violación.

Por supuesto, una podría considerar que, pese a que su contenido social y político sea, cuanto menos, una obra importante en su contexto y, como tal, digna de lectura. Lo cierto es que, en su momento, Gilman ya fue altamente criticada por su contenido racista, y si bien fue considerada una feminista importante por su activismo y por su relato "El papel amarillo", Herland no fue recibida con la misma opinión. ¿Pero y la calidad literaria, aquella que nos inspira a las autoras? Herland es, en realidad, una novelette que sirve de excusa para narrar una historia de amor heterosexual con ensayos sobre temas de roles de género (que me gustaron) y otros temas bastante más errados (que definitivamente no me gustaron). ¿El resumen? No recomiendo el libro, a menos que estéis preparadas para sufrir y que vayáis con la idea de que no vais a encontrar una utopía realmente feminista.

Siento haber dejado una reseña tan negativa, pero a veces una debe comentar lo que la gente calla. Y vosotras, ¿qué opináis?

lunes, 2 de noviembre de 2020

Reseña: Como acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ

Reseña para el #InsolenteBingoVioleta: Como acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ




Ficha técnica:


Portada de Cómo acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ, por las editoriales Barrett y Dos Bigotes
Título: 
Como acabar con la escritura de las mujeres
Título Original: How To Suppress Women's Writing
Autora: Joanna Russ
Año de publicación: 1983
Páginas: 264
Género: No ficción, ensayo
Sinopsis: Joanna Russ expone las estrategias sutiles, y no tan sutiles, que la sociedad usa para ignorar, condenar o menospreciar a las mujeres que producen literatura. Con un tono sarcástico e irreverente, Russ examina las fuerzas que sistemáticamente impiden un amplio reconocimiento del trabajo creativo de las mujeres.
La autora se centra en la literatura escrita en inglés a la hora de analizar los once patrones que se repiten para acabar con la escritura de las mujeres, y es por eso que encontramos nombres de escritoras clásicas y contemporáneas. Si algunas ni siquiera os suenan, Russ os explica por qué.
Exhaustiva sin ser aburrida y seria sin carecer de sentido del humor, esta edición cuenta con un nuevo prólogo de Jessa Crispin, autora de 'Por qué no soy feminista: un manifiesto feminista'.

Reseña:


Joanna Russ fue una escritora, activista, feminista y académica que nació en 1937 en Nueva York, Estados Unidos de América. Empezó a publicar historias cortas femninistas en revistas de ciencia ficción en 1959, ganando a lo largo de su vida un Hugo (1983) y un Locus (1983) por su novella Souls (1982, sin traducción al español), un Nebula (1972) por su relato "When It Changed" y dos Retrospective James Tiptree Jr. (ahora Otherwise Award) (1996) por el relato anteriormente mencionado y por su novela The Female Man (1975, con edición descatalogada en español: El hombre hembra, de 1987, aunque se viene edición nueva en 2021), que también recibió un Gaylactic Spectrum Award (2002), además de un Pilgrim (1988) por sus ensayos críticos académicos sobre ciencia ficción. También fue seleccionada póstumamente en 2013 para formar parte del Science Fiction Hall of Fame. Sus obras más conocidas más allá de las anteriormente mencionadas son la saga de espada y brujería The Adventures of Alyx (1976; 1967-1970) y sus ensayos To Write Like a Woman (1985) y How To Suppress Women's Writing (1983, con nuevo prólogo de Jessa Crispin de 2018 y primera edición en español: Cómo acabar con la escritura de las mujeres, de 2018).

Este libro, Cómo acabar con la escritura de las mujeres, fue una obra que escribió Joanna Russ durante unos meses de baja médica. Con muchísimo tiempo libre y mucha rabia al mundo, escribió una obra analizando la situación de la literatura escrita por mujeres, dando una obra muy completa que narra factores de presión social, educación, academia e invisibilización, entre otros, que influyen en la falsa creencia de que las mujeres no escriben o, si lo hacen, es sólo obras menores dentro de géneros literarios inferiores y siempre de peor calidad que la literatura masculina. Es extremadamente interesante, desde un punto de vista de lectora no-anglosajona, ver cómo estos procesos también se aplican a la traducción de obras, con el ejemplo de la propia Russ en cabecera.

El libro es un compendio de autoras, obras y críticas muy bien enlazado y muy equilibrado entre la naturaleza académica de la obra y de la autora con el estilo más comprensible y generalista de los ensayos comerciales. Describiendo, enlazando y demostrando las 11 máximas sociales para la eliminación de la escritura de las mujeres, Russ no sólo critica la invisibilización de la escritura femenina, pero también la invisibilización basada en raza o en sexualidad y otros tipos de discriminación tanto en la academia como fuera de ella, incluyendo ejemplos del mundo de la ciencia o de interacciones sociales cotidianas.

En resumen, es un libro fácil de leer y muy bien investigado, pese a que la propia autora critique que es imposible realizar estudios feministas de forma académica dada la falta de formación académica previa que crea una base para los nuevos estudios. Russ creó parte de esa base, y este libro está extremadamente recomendado no sólo para entender mejor el machismo que existe en la literatura y en la sociedad si no también para conocer a autoras y/o a obras invisibilizadas y para deconstruirnos con respecto al canon, la literatura, la academia y los prejuicios.

Esta LC me gustó mucho y de hecho si queréis tener una idea de cómo es el libro podéis mirar mi hilo (en inglés) o los de Stiby y Esther (ambos en español) para terminar de convenceros. Si lo habéis leído, ¿qué os ha parecido? Y si no, ¿os ha picado el gusanillo?

lunes, 12 de octubre de 2020

El castillo ambulante, de Diana Wynne Jones

Reseña de El castillo ambulante, de Diana Wynne Jones, para el Insolente Bingo Violeta



Ficha técnica:


Portada de El Castillo Ambulante, de Diana Wynne Jones, en la edición de Nocturna Ediciones traducida por I.G. Salabert
Título: 
El castillo ambulante
Título Original: Howl's Moving Castle
Autora: Diana Wynne Jones
Año de publicación: 1986
Páginas: 429
Género: Fantasía, fantasía medieval
Sinopsis: En el país de Ingary, donde existen cosas como las botas de siete leguas o las capas de invisibilidad, que una bruja te maldiga no es algo inusual. Cuando la Bruja del Páramo convierte a Sophie Hatter en una anciana, la joven abandona la sombrerería familiar para pedir ayuda en el único lugar mágico que se le ocurre: el castillo ambulante que atemoriza a los habitantes de Market Chipping. Pues dentro no sólo se halla un demonio del fuego, sino también el perverso mago Howl, tan diestro en realizar hechizos como en robar los corazones de las damas.



Reseña:

Diana Wynne Jones era una escritora a tiempo completo con estudios en literatura que también realizó crítica literaria. Su primera novela publicada fue Changeover (1970, inédita en español), una novela adulta de crítica política contra el colonialismo británico. Su siguiente obra sería Wilkin's Tooth (1973, también sin edición en castellano), que la empujaría a convertirse en una conocida escritora de literatura infantil y juvenil de fantasía, por los que también ha recibido múltiples premios. Sería en 1986 que finalmente se publicaría El castillo ambulante (Howl's Moving Castle), el primer libro de la trilogía de Howl.

El castillo ambulante es una historia de fantasía que recoge tropos de los cuentos de hadas y los convierte en un mundo dominado por reglas como que la mayor de tres hermanas siempre debe ser la menos afortunada. En esta situación tenemos a Sophie Hatter, nuestra protagonista: convencida de no poder aspirar a nada, termina envuelta en situaciones para las que no se cree preparada. Es una historia sobre los tropos de estas historias, sobre lo que esperamos y sobre las presiones sociales, sobre entender que somos más que lo que se espera de nosotres y que el destino no nos impide avanzar.

Si bien es una historia que contiene una heterosexualidad bastante presente, también es una historia de cómo se puede reclamar el feminismo dentro de esas relaciones heterosexuales, una historia sobre lo innecesarios que son los roles de género para las mujeres y de cómo estos pueden terminar haciendo más mal que bien. A la vez, esta historia reclama la importancia y el valor de la sororidad, las tareas tradicionalmente femeninas (coser, limpiar y cocinar siendo sólo algunas de ellas) y de la voz de las mujeres.

La obra ha sido alabada altamente como una obra juvenil, y es vendida como tal, idealmente para un rango de edad a partir de 12 años, como la mayoría de sus otras obras. Sin embargo, y pese a que la propia Jones le dedique el libro a un niño de una escuela que visitó, carece de ninguna trama propia de literatura juvenil. Su protagonista tiene 18 años y algunos de los personajes secundarios son también adolescentes, pero la trama y la propia Sophie (bajo los efectos de su maldición) tratan temas propias de la literatura adulta, con el estilo narrativo combinando tropos de los cuentos de hadas con elementos de fantasía medieval. En resumen, es un libro exquisitamente narrado que puede ser leído por adolescentes pero que recomiendo especialmente para adultes con capacidades críticas.

Por supuesto, la obra es especialmente conocida por su adaptación al cine (2004), por Hayao Miyazaki y Studio Ghibli, que difiere en gran parte de su trama con la obra aquí reseñada. Para aquelles interesades en leer el libro debido a la peli, o al revés, una nota de aviso: preparáos para las diferencias en todos ámbitos, desde la trama a los personajes pasando por el aspecto de Ingary y del propio castillo.

¡Espero que os haya gustado esta reseña! No dudéis en darme vuestras opiniones acerca de este famoso libro, o comentarme en caso de añadirlo a vuestra pila de pendientes. ¡Nos leemos!

lunes, 5 de octubre de 2020

Admisiones (Relato para el #OrigiReto2020)



“No apto.” La evaluación es clara, y errónea. Para empezar, mi género no es masculino. Y para continuar, no debería haber suspendido. Por notas, objetivamente, debería haber sido apta. Reviso la aplicación, reviso mis notas, reviso la página oficial. Repaso mis cuentas y sí, debería salir positivo el resultado. Refresco los resultados. Negativos.

Respiro profundamente. Inspiro por la nariz, despacio. Una pausa. Espiro por la boca, concentrándome en la sensación al relajar el pecho. Tal como me enseñaron. Cinco cosas que puedo ver. El cursor blanco, temblando con mi mano. Parece estar saliendo el sol. Una araña moviéndose detrás de la lámpara. Eso son tres. El teclado mecánico. Mi taza, con el asa rota. Cuatro cosas que puedo tocar. La S está suave, gastada. El pelo me golpea suavemente contra el cuello. La eterna corriente de viento. Mi jersey favorito. Cierro los ojos: Tres cosas que puedo oír. El ventilador del ordenador, el zumbido del fluorescente, la puerta de la habitación batiendo. Dos cosas que puedo oler: El moho de las paredes y la ropa secándose en la estufa. Un sabor: café aguado amargo frío.

Ahora que he retomado el control, sólo queda una cosa que hacer. Primer paso: avisar a Zenah. 

—¿Qué tal ha ido tu experimento, Lys? —pregunta, tras el primer tono.
—Tal como creías.
—Siento haber tenido razón. Me habría gustado verte romper las expectativas. ¿Supongo que seguirás adelante con tu plan B?
—No es mi plan, mi plan no incluía nada de esto.

De hecho, mi plan consistía en creer en los resultados. Quería creer en el sistema. Tener una media perfecta, todo el voluntariado, todas las actividades extraescolares, y lograr lo imposible. Pero, en realidad, todos sabíamos que era imposible. Supongo que, tal como dicen, la esperanza es lo último que se pierde, porque una vida de oír los susurros en la tienda de la esquina, la que aún tiene vendedores humanos, no fue suficiente para hacerme creer que no podría huir de esto. Pero, antes de proceder con el plan, debo hablar con mi madre.

—Buenos días, mamá —saludo, entrando en la habitación principal y sentándome en el único sitio disponible, el sofá.
—Buenos días —responde, sujetándose el pelo en el recogido profesional delante del espejo de la entrada—. ¿Por qué estás despierta tan temprano?
—Han salido los resultados.
—Pobre, te han negado la plaza, ¿verdad? —Sus secas manos me acarician la mejilla medio segundo, quitándolas demasiado rápido, demasiado apresurada y volviendo a su pelo—. Ya sabes cómo es esto. No le digas a tu padre que aplicaste, sabes que no le gustaría. Ahora sé una buena chica y cuida de la casa —termina, ya en la puerta—. ¡Nos vemos mañana!

Tengo cinco horas hasta que mi padre vuelva del trabajo, así que este es mi momento para seguir con mi plan. Cojo mi tarjeta de estudiante, que caduca mañana; las llaves y mi única chaqueta. Ahora o nunca, Lys, ahora o nunca.

Entrar en el centro de estudios es fácil, aún tengo permisos. Lo que no es tan fácil es ver a la directora. Su asistente personal, PA-2309, no acepta ninguna de mis razones para entrar. Ni “queja formal”, ni “queja informal”, ni “dudas de futuro”, ni “asesoría profesional”. Por suerte, termina saliendo por su propia cuenta al cabo de treinta y ocho minutos. Me pasa por el lado, sin verme, taconeando por la recepción en dirección a la antesala.

—¡Directora Fairfax! Su asistente personal no me deja hablar con usted, pero tengo una pregunta muy rápida, ¿podría atenderme ahora? —pregunto, persiguiéndola a través de varias salas.
—Mi asistente personal existe para filtrar mis visitas, precisamente —responde, abriendo la puerta con un gesto de su pulsera domótica.
—Es sólo un momento, directora. Es sobre los resultados de admisiones.
—Ah, ¿era hoy? —pregunta, parándose finalmente—. Perdón, no debí actualizar los protocolos.
—¿Entonces va a concederme una visita?
—Por supuesto que no. Cada año tengo muchísimas quejas, muchísimos lloros. Usted no va a ser diferente, señorita. Pero debería haberle dado un protocolo de consuelo a PA.
—Yo no necesito ser consolada, Directora. Pero si abriera mi expediente podría ver que es perfecto. ¡Debería ser apta!
—Señorita… ¿Cómo se llama? —Su mirada destella un momento en azul y espero que vaya a investigar mi expediente y no a reportarme con su implante ocular.
—Smith.
—Bueno, señorita Smith, entienda que los resultados son inapelables. Usted es sólo una chica, es probable que haya cometido algún error de cálculo. Lo que demuestra que, en realidad, el resultado es más que correcto —termina, con una sonrisa perfecta.
—¡Pero, Directora Fairfax, por favor! ¡Escúcheme! Le prometo que cumplí con todas las directivas, realicé todos los programas de voluntariado, todas las actividades extraescolares requeridas…
—Las notas también son importantes, señorita Smith.
—¡Y tengo la mejor media de todo el centro! —añado, rápidamente.
—Eso no indica nada, señorita Smith. Nadie de este centro ha sido aceptado nunca. ¿Por qué cree que va a ser diferente?
—¡Tengo una media perfecta! —respondo, casi a voz de grito. Es difícil hablar con la opresión del pecho y el exceso de blancura del edificio.
—Señorita Smith por favor cálmese. El algoritmo nunca miente. Si el algoritmo ha indicado que usted no es apta, no lo es.
—Entonces, ¿está usted confirmándome que el algoritmo usa más datos en su selección que sólo aquellos que se mencionan en la página oficial?
—Señorita Smith, no se haga la lista conmigo. El algoritmo es ciencia. Y, como sabría si hubiese prestado atención en clase, la ciencia es perfecta. El algoritmo se implementó para evitar los errores humanos y para evitar la discriminación, y esos son su objetivo y su resultado. El algoritmo sabe lo que es mejor, señorita Smith. Ahora, salga de este centro de estudios al que ya no pertenece. —Y, con esas palabras, su perfecta manicura cierra la puerta en mis narices, dejándome clara mi posición. Tengo que volver a casa.

Llego tarde y mi padre está sentado en el sofá, comiendo su precalentado. Las noticias están sonando del antiguo televisor, cúbico, que ocupa toda la parte central del único armario. Noticias que están hablando, precisamente, de las admisiones. Sabiendo que pasar por delante de la tele no es una opción, decido comer más tarde e irme a mi habitación cuando oigo a mis espaldas que me llama:

—Lys, espero que estuvieras buscándote un trabajo. Ya te has graduado de la escuela, lo dicen en la televisión. Y tampoco habrás sacado la admisión que tanto querías. ¡Te creías que no sabía que ibas a intentarlo! Lo sabe todo el barrio. Y todos sabíamos que era perder el tiempo. Así que sé una buena chica, tráeme un vaso de agua y encuéntrate un trabajo —dice, todo de golpe, entre cucharada y cucharada de puré de patatas rehidratado.

Y, como buena hija, le lleno el único vaso de agua y se la dejo en el suelo, porque él está cansado de trabajar (como lo estará mamá cuando vuelva) y el metro de distancia entre el sofá de dos plazas y la cocina es demasiado. Respiro hondo, concentrándome en el frío y en las palabras de Zenah de hace meses: “hay muchos que se creen que no se puede hacer nada al respecto. No es su culpa, es como funciona esto. Se llama hegemonía”. Zenah, claro, tengo que llamarla.

Ya desde la seguridad de mi habitación, rápidamente vuelvo a llamarla, susurrando para que no me oigan desde la otra habitación.

—¡Lys! Me tenías preocupada. No desaparezcas así, que creía que no volvería a verte más —responde al teléfono con la voz ligeramente más aguda de lo que debería.
—Perdón, el viaje, la directora y mi padre me han mantenido ocupada.
—¿El resultado? —Un toque de esperanza. ¿Por mí, o por ella?
Niente.
—¿Y ahora?
—Acepto tu propuesta. Vamos a cambiar el sistema.
—Bienvenida a la resistencia, Lys. Pronto te daremos instrucciones.




FIN

lunes, 21 de septiembre de 2020

Reseña: Micosis, de Enerio Dima

La palabra "Reseña" está escrita en lavanda en la esquina superior izquierda, sobre un fondo de libros en estanterías en escala de grises con tonos violetas. En el centro hay un libro abierto, encima del cual se lee el título "Micosis" en falsa caligrafía negra.

Ficha técnica:


Título:
 Micosis
Autora: Enerio Dima
Editorial: Cerbero
Año de publicación: 2018
Páginas: 262
Género: Terror, Novela corta
Sinopsis: Marga es invisible. Su trabajo se desarrolla en el edificio Cónsul, donde los oficinistas vienen y van a su alrededor sin detenerse a mirarla. Como ella lo ve, eso tiene sus ventajas. Nadie puede dañar a una mujer invisible. Sin embargo, su ordenado mundo está empezando a cambiar a peor. Su exmarido sigue racaneándole la pensión de sus hijos, su jefe sigue avasallándola y parece que hay una enfermedad, la micosis violenta, propagándose a sus anchas. Pero eso no puede pasar aquí, ¿verdad?, piensa Marga. Eso es algo que ocurre en las grandes capitales, en las películas. Eso es algo que no le ocurre a la gente invisible. ¿Verdad?



Reseña:


Enerio Dima es abogada, escritora e ilustradora, además de formar parte del equipo de La Nave Invisible. Su primera obra publicada fue la novela La Reina de Amron con la editorial Atlantis, en 2010. Publicó sus primeros relatos bajo el apodo Enerio Dima en 2017, tanto en las antologías Grimorio 13: Antología de fantasía oscura española (Carlinga Ediciones) y No son molinos: antología de cachava y boina (Editorial Cerbero), además del relato autopublicado El cuento de Gloria. Su primera novela corta fue Micosis, que es parte de la Colección Tíndalos de Editorial Cerbero.

Micosis es una alegoría de la depresión y la ansiedad, como confirmó la autora en esta entrevista. Por lo tanto, me gustaría especificar algo que está implícito en la sinopsis: las advertencias de contenido. Esta historia contiene triggers de depresión, ansiedad, autolesiones, pandemia y fluidos corporales. La novela, además, fue nominada a la categoría de Mejor Novela Corta de los VI Premios Guillermo de Baskerville.

El estilo de Enerio Dima es un interesante compromiso entre cercano y elegante, diario y elaborado, que le queda genial a esta novela corta. Es un estilo que no te deja huir, no te deja alejarte y no te deja respirar, que es exactamente lo que esta obra necesitaba: absorberte y transmitirte toda esa angustia, ansiedad y hasta pánico. Es una magnífica obra de terror, centrada en la psique de nuestra protagonista, Marga, que hasta me hizo llorar en alguna ocasión. También es algo que no recomendaría hasta haber pasado muy de largo la situación actual, porque había ocasiones en las que, simplemente, era demasiado.

La historia se centra en Marga, una mujer de la limpieza, madre soltera de dos niños tras el divorcio. Los temas reales de esta obra estarán relacionados con la vida de Marga: el clasismo, el capitalismo neoliberal, el machismo y todas estas situaciones diarias que afectan a las más mínimas decisiones de una. Su crítica social es clara, relevante, contundente y un ejemplo de cómo se puede hacer ficción especulativa de gran calidad y con denuncia social a la vez.

No quiero decir mucho más del libro, puesto que al ser novela corta es difícil no contar de más. Pero sí que me gustaría saber vuestras opiniones. ¿Lo habéis leído? ¿Lo conocíais?

lunes, 14 de septiembre de 2020

Artículo: La edición del diario de Virginia Woolf

Artículo: La edición del Diario de Virginia Woolf


¿Quién querrías que se encargara de la edición y publicación de tu diario cuando te murieras?


Esta pregunta lleva rondándome desde que leí Diario de una escritora (A Writer's Diary en inglés), de Virginia Woolf. Este diario, que reseñé aquí, fue publicado a título póstumo por su marido y editor, Leonard Woolf, en 1953. Esta edición elimina todo aquello que Leonard consideró "superfluo" y "privado" de sus documentos, dejándonos sólo con el esqueleto: desde el 4 de agosto de 1918 hasta el 8 de marzo de 1941 (20 días antes de su suicidio), recopila aquellas partes de su diario enfocadas a la creación literaria de la escritora: el proceso de planificación de nuevas obras, análisis literarios de sus lecturas, comentarios sobre sus proyectos de escritura, conversaciones con autores y editores de su círculo social... Dejando de lado todos aquellos elementos más personales, que pueden leerse, en inglés, en una edición íntegra en cinco volúmenes.

Sin embargo, es imposible no preguntarse: ¿cuál es el criterio que delimita qué es personal de qué es parte del proceso literario? Como escritora, no puedo evitar sentir que en algunos casos hasta los elementos más triviales de mi día a día podrían ser fuertes influencias en mi obra. Pero pongamos ejemplos.

En la obra presente no se narra el proceso de redacción de Una habitación propia (A Room of One's Own, 1929), el ensayo sobre ficción y mujeres que la aclamó como una de las grandes feministas de su época (y que reseñé aquí). Woolf menciona haber ido a una de las dos charlas que motivaron este ensayo, menciona la necesidad de cohesionar su contenido y su estructura... Y no se vuelve a mencionar hasta que ya ha sido publicado, mencionando ventas, números y fama. Son este tipo de situaciones en las que una se pregunta ¿a qué viene esa omisión? ¿Sería la propia Woolf, que se olvidaría de escribirlo? ¿O fue Leonard el que cortó esa información?

Carátula de Orlando, de Virginia Woolf
Tristemente, hay más ejemplos. Cuando leí los apartados de 1928 y 1929, esperaba encontrarme el germen de su feminismo, de sus ideas. Menciones a sus charlas, a Vita Sackville-West, su compañera sentimental de la época y presente, precisamente, en una de dichas charlas. Pero, sin embargo, no existen. Apenas salen referencias a Sackville-West, incluso en la época anterior de redacción y corrección de Orlando: una biografía (Orlando: A Biography, 1928), la novela inspirada en Sackville-West que ha sido considerada la mayor obra sáfica de la autora.

Estas omisiones me llevan a preguntarme: ¿Dónde está el límite entre lo literario y lo personal? ¿Acaso su opinión feminista no es relevante a su escritura? ¿Acaso no era importante su identidad como mujer bisexual?

Por supuesto, aquí puede haber dos respuestas. La primera, la obvia, es que esta es una obra centrada en lo estrictamente literario. Se habla del proceso de escritura (¡oh, Virginia, cómo entiendo no querer escribir ciertas escenas pese a haberlas planificado tú misma!), del proceso de corrección y edición, de la publicación, de ventas y fama. También se habla de literatura: Woolf planificaba al dedillo sus lecturas y mantenía su diario actualizado con ellas y con sus análisis y críticas.

Esta es la parte interesante de sus diarios: la literatura. Eso es precisamente lo que nos indica su esposo en la introducción y, realmente, no puedo estar más de acuerdo. De la selección, es ciertamente lo más interesante. ¿De la selección? De la selección. Porque, pese a que parezca que va a ser la totalidad del contenido de la obra, no lo es. Leonard decide introducir escenas del día a día que Woolf relató en su diario: interacciones sociales, el eclipse solar de 1927, paseos con Leonard Woolf... Y dudo, pongo tres puntos al estilo de Woolf en Tres Guineas (Three Guineas, 1938), que reseñé aquí. Porque he llegado a mi problema principal: Leonard Woolf.

Carátula de Una habitación propia, de Virginia Woolf
Vosotros, ¿en quién confiaríais para que hiciera una selección de vuestros diarios personales para publicación? Woolf, en un extracto que se conserva en esta selección, menciona confiar en su esposo, Leonard Woolf. Esposo y editor de la autora en la imprenta que crearon conjuntamente, la Hogwarth Press, también fue autor de algunas obras propias. La relación entre Leonard y Virginia Woolf era una relación abierta en la que, según se dice, él apreciaba a su esposa y aceptaba que esta tuviera amantes femeninas sin necesidad de esconderse.

Pero, ¿hasta qué punto podemos fiarnos de la selección de Leonard? Quizá en los 1920s, cuando Virginia Woolf dejó constancia de fiarse de él, habría sido una buena idea. Pero, en 1953, más de diez años tras el suicidio de su esposa, claramente había elementos que habían afectado al progreso personal de Leonard, no sólo por su historial depresivo y sus vivencias como judío. Y, por eso, he llegado a la conclusión de que sí, claramente la obra de Virginia Woolf está claramente marcada por su feminismo y por su bisexualidad, su diario siendo una de estas obras. Pero el diario ha sido editado.

Por supuesto, sin haber leído los 5 tomos íntegros de sus diarios desde 1915 hasta 1941 es imposible afirmar que se trata de un problema de la edición de Diario de una escritora en particular. Podría ser la propia Woolf omitiendo ciertos detalles de sus diarios. Pero ella misma dice en su diario que ella escribe para sí misma, sin editar, sin trabajar la forma, porque esa es la función de un diario... Sí, parece ser un problema de la selección. Y volvemos a la pregunta: ¿Es Leonard el problema?

Realmente, no tengo respuesta a esa pregunta. Tengo apuntes, ideas, conjeturas. Pero sí que tengo respuesta a la pregunta real: Virginia Woolf confiaba en él, pero el resultado no es satisfactorio. Leer sus problemas de ansiedad y de depresión, su síndrome del impostor, sus esfuerzos... Su diario resuena profundamente conmigo y, creo, con el resto de escritoras, noveles o profesionales, que existen. Observar su método, su análisis literario, sus infinitas correcciones en pos de la obra perfecta, es un conocimiento que nadie podrá quitarme. Pero la creación no existe en un vacío.

Su diario es una obra profundamente marcada por el género de Woolf. Y, sin embargo, no es una obra que trate el tema del género. Leyendo otras de sus obras surgía la imagen de una mujer feminista, escritora y editora, educada y de clase alta. Una mujer que traía temas nuevos al feminismo, que no era perfecta pero que trataba temas de la posición de la mujer en la sociedad y de safismo. Leyendo esta versión de su diario, casi parece otra persona. La obra trata, casi en un 90% de su totalidad, de qué autores (masculinos) leía, de qué libros escribía y cómo, y de con qué autores (masculinos) hablaba Woolf. Claramente, Leonard entiende que la creación no existe en un vacío.

Carátula de Tres Guineas, de Virginia Woolf
Y, sin embargo, hay elementos que elimina. Se mantienen sus procesos de escritura y re-escritura, sus quejas sobre escribir por encargo, sus esfuerzos por encontrar un equilibrio entre ficción y no-ficción y sus periplos escritoriles, punteados siempre por su trastorno bipolar, su depresión y el resto de sus problemas de salud. Podemos observar cómo las enfermedades, su círculo literario masculino y su esposo afectan a su vida y a su escritura. Pero no podemos ver cómo los referentes literarios femeninos (que menciona en Tres Guineas, por ejemplo), su círculo literario femenino o sus amantes mujeres son también partes de su vida y su escritura.

Creo que, a estas alturas del artículo, está bastante claro cuál es mi problema con esta obra. Creo que, también, es difícil criticar y culpabilizar. El mundo de 1953 era muy diferente al mundo de 1929, y cosas que a Woolf se le habrían permitido en su época quizá habrían imposibilitado la publicación de su diario tras su muerte. Por otro lado, Leonard claramente fue el gran beneficiario de esta edición. Realmente no puedo aportar una conclusión acerca del diario de Woolf, así que creo que es hora de volver a nuestra cuestión principal.


Personalmente, yo creo que yo no le dejaría a nadie mis diarios. En lugar de esperar a que mi esposo haga una selección razonable y luego queme los originales (parte de la petición original de Woolf y que, sabemos, no se cumplió), me voy a limitar a no escribir diarios. Porque, la verdad, no me fiaría de nadie. ¿Y vosotras?

lunes, 31 de agosto de 2020

Si entras (Relato para el #OrigiReto2020)

Si entras


25 de junio. 21:00.

Las sombras se ciernen sobre Barcelona, prometiendo una perfecta noche de verano. Las plantas parecen crecer y espesar, las nubes se persiguen por el cielo, un cisne solitario picotea el camino de arena y, en la lejanía, dos chicas están delante de uno de los edificios más reconocidos de la Exposición Universal de 1888: el Umbráculo, en el Parc de la Ciutadella.

—Confío en ti —repite, por enésima vez, la morena—. Si yo no puedo, Seelie, tienes que llevarles las fotos a la asociación. Estoy segura que les servirá perfectamente como ejemplo de la invisibilización de la asexualidad.
—Sí, sí, Roser, lo sé. Lo que no sé es qué esperas que pase.
—Yo tampoco mucho.

Con un encogimiento de hombros, la rubia se apoya en la pared del edificio y observa, silenciosa. Roser está montando su cámara, trípode y demás parafernalia, apuntando a una zona del parque en la que no hay nadie ni nada. Pero su amiga insiste, así que Seelie espera, en su noche libre, a ver qué está planeando.

—Vas a contarme qué está pasando, ¿verdad?
—¡Listo! Mira, ven, aquí, pero con cuidado, no te acerques más que yo. Mira, aquí, justo.

Roser está indicando un tenue círculo de crecimiento más alto de la hierba. Es ligero, casi imposible de ver, pero su dedo se mueve con decisión, como si creara ella el círculo con su voluntad en lugar de estar encontrando las desperdigadas pistas.

—No sé qué tengo que ver —replica Seelie.
—Claro que lo sabes. ¡Es un anillo de hadas! No es temporada de champiñones, así que el baile de las hadas ha traído un mejor crecimiento de la hierba en esta zona.
—¿Y qué pretendes hacer? ¿Fotografiarlo?
—Obviamente, voy a entrar.
—Pero Roser, si entras en un círculo de hadas, les perteneces.
—Precisamente.

25 de junio. 10:00.

La falta de sueño se refleja en las caras de todas las (pocas) personas en el café, incluyendo a Roser. Aunque suele ser madrugadora, a veces la vida imposibilita un buen descanso. El café ayuda; sólo a medias. Ayudaría poder hablar con alguien, pero Selma está ocupada trabajando.

—Perdona, ya sabes cómo es esto. Normalmente no hay clientes, pero ahora que quieres hablar conmigo van a llegar todos los ingleses de resaca queriendo un café y, especialmente, oscuridad —se disculpa, corriendo de una mesa a la otra.

Lo cierto es que tiene razón. Si algo tiene El Bosc de les Fades, es oscuridad. Las tinieblas se alargan desde la vegetación, las luces tartamudean desde sus escasos apoyos y la totalidad del recinto es un café en un bosque. Un bosque lleno de hadas, por supuesto: pequeñas, con caritas inocentes o pícaras, aladas, vestidas con los colores de las flores. Porque ésa es la temática del local: las hadas de las flores.

—Es curioso, cómo ha cambiado el concepto de “hada” a lo largo de la historia —comenta, de vuelta tras la barra, Selma. O, como indica su uniforme, Seelie.
—Sigues siendo capaz de leerme la mente, veo.
—Algo te preocupa, Roser. ¿No habrás vuelto a tener problemas por tu asexualidad?
—Oh, no, esta vez no tiene nada que ver. De hecho… Tú sabes mucho sobre hadas.
—Bueno, trabajo aquí —bromea Selma, o Seelie, encogiéndose de hombros—. Pero si te refieres a la corte de verano, algo sé. Por ejemplo, sé que nunca piden favores sexuales, que probablemente muchos casos se podrían considerar asexuales, que te tratarían bien… —El final de la frase casi no se oye, puesto que ha empezado la tormenta.

La tormenta es un hecho recurrente en el programa de luces y sonidos del bosque, pero pilla por sorpresa a varios turistas, especialmente a la mesa de jóvenes resacosos que empiezan a gritar. Aprovechando la excusa para no hablar, Roser se convence a sí misma de que su amiga no ha estado, básicamente, vendiéndole la corte de verano, es decir, las seelie faerie, como una salida a sus problemas. También se convence de que Seelie no puede haber preparado conscientemente esa interrupción.

—En realidad —continúa, una vez la situación se ha calmado—, estaba pensando en los changelings.
—Oh, esa excusa medieval para matar a bebés neurodivergentes, dices.
—Algo me suena de eso, sí. Es lo que estuviste estudiando, ¿no? Como vuestras condiciones se diagnosticaban mal.
—Puedo pasarte algunas fuentes cuando llegue a casa —comenta Seelie, secando una taza y colocándola en su sitio—. Hay bastantes estudios sobre la asociación entre autismo y mitología feérica. Pero ten cuidado, ya sabes que en nuestra época hubo muchos intentos de secuestros infantiles.

Una familia de franceses entra en ese momento en el café, dejando a Roser sumida en los recuerdos. Concretamente, en los recuerdos de sus madres hablando del pánico causado por una comadrona al intentar llevarse a Roser.

24 de junio. 23:00.

Las rejas del Parque de la Ciudadela cierran a las diez y media, pero aquí está Roser, media hora más tarde, aún en el medio del parque. Concretamente, en la glorieta. Todo su peso histórico, toda su memoria consagrada a recordar el terrible asesinato. El esfuerzo de intentar crear una fotografía correcta, a favor de los derechos de las personas transgénero, es probablemente lo que le ha llevado a trasnochar.

—Venga, pa’lante como los d’Alicante. Llega a la reja, sal, vete a casa a dormir. Que sabemos que te hace falta —se susurra, empezando a andar hacia la puerta norte e, idealmente, el metro.

Sus pies recorren los conocidos senderos serpenteantes mientras su cabeza vuelve a su rompecabezas personal: el mes del orgullo se acerca y es hora de empezar a preparar las exposiciones acerca de todas aquellas identidades invisibilizadas. Y la que tiene menos clara es, como siempre, la suya. Quizá Roser habría llegado a alguna conclusión, pero entre la frondosa oscuridad del parque surge una luz cálida y múltiple, y automáticamente vuelve a sacar la cámara.

Es a través de la lente que Roser observa el círculo de alegres danzantes. Le es imposible entender la procedencia de la iluminación, pero es cierta la presencia de un círculo de baile entre la diversidad natural que rodea el umbráculo. Le suena recordar, de alguna amistad interesada en “la magia pagana”, que es posible que el 24 de junio se considere la noche del solsticio de verano y, por lo tanto, una noche mágica. Quizá tenga algo que ver.

Con la cámara enfocada y la visión mejorada, es fácil creer en la magia. Los bailarines, si bien cuentan todos con unas proporciones adecuadas, no son humanos. Son etéreos, son gráciles, pero también tiene una cualidad que les hace parecer más naturales que todo aquello a su alrededor. Tampoco es Roser capaz de negar que la luz parece provenir de los propios bailarines, o que estos parecen no conocer la gravedad. El disparador de la cámara no hace ruido mientras fotografía su nuevo descubrimiento, con mimo y temor. Nunca toma fotografías sin permiso, pero ¿acaso le darían permiso para siquiera estar presente en esta ceremonia?

El baile avanza y, mientras las hadas entran en un frenesí en el que se abandonan a su obra, Roser les dedica retratos individuales. Todas caras esbeltas, perfectas, radiantes. Todas caras diferentes, de todas las facciones y las estéticas, de todas las edades y géneros… Y la última, la cara de su amiga, Selma.



FIN

  • Este relato forma parte del Reto de Escritura #Origireto2020, organizado por Stiby, de Sólo un capítulo más, y Katty, de La Pluma Azul de KATTY.
  • Este relato, de 1221 palabras, corresponde al objetivo principal 12. Usa tu relato para dar visibilidad a algún colectivo minoritario.
  • También cuenta con la aparición de la Criatura del Camino (objetivo secundario 2): V. Hadas.
  • Objetivos anuales:
    • Este relato tiene a dos protagonistas femeninas, dando 6/3 para Rosa Insolente.
    • También pasa el test de Bechdel, siendo 5/2 para Sororidad.
    • Tiene representación LGB[T]+ o de minorías, siendo 5/3 para Tríada.
    • Está centrado en la crítica social, dando 1/1 para Inconformista.
    • Es un relato de fantasía, cumpliendo 5/2 para Doble Dragón (4/1 relato de fantasía y 1/1 de cifi).
    • Dentro de la fantasía, se ubicaría en la fantasía sobrenatural y en la fantasía urbana, cumpliendo 4/6 para mi objetivo personal: Escribir 6 relatos de diferentes subgéneros dentro de la fantasía.
  • Podéis encontrar el resto de mis entradas para el #Origireto2020 aquí.

lunes, 24 de agosto de 2020

Reseña: Finna, de Nino Cipri



Ficha técnica:


Título: Finna
Autore: Nino Cipri
Editorial: TOR
Año de publicación: 2020
Páginas: 144
Género: Cifi, Sátira
Sinopsis: Cuando una señora mayor desaparece en una gran superfície de venta de muebles (pero no esa) y un portal la lleva a otra dimensión, recae en dos empleados de salario mínimo encontrarla a través del multiverso y proteger a su compañía. Por si las aventuras multidimensionales no fueran suficientemente difíciles, estas dos pobres almas rompieron hace una semana.
Para encontrar a la abuela perdida, Ava y Jules van a luchar contra muebles carnívoros, enjambres de vendedores de muebles idénticos y el resentimiento que está hiviendo profundamente entre ambos. ¿Puede una amistad nacer de las cenizas de su relación? Todo es posible en infinitas dimensiones.
(traducción propia del inglés)


Reseña:


Nino Cipri es une escritore multidisciplinar, editore, educadore y entretenedore profesional en otras facetas. Cuenta con un Máster en escritura creativa (2019) por la Universidad de Kansas y con el prestigioso cursillo de Clarion West de escritura (2014). Publicó su primera historia corta en 2018 y su antología Homesick (2018) ganó el Dzanc Short Fiction Collection Prize. Finna es su primera novella, publicada el pasado 20 de Febrero de 2020.

Antes de empezar con la reseña, me gustaría comentar que este libro no tiene Trigger Warnings impresos, pero sí que los requiere. En la página web de le propie autore se indican los siguientes Content Warnings: enfermedad mental (depresión y ansiedad), complejos sentimientos tras una ruptura, transfobia (por parte de un personaje secundario), violencia, sangre y monstruos. También incluye escenas en el límite entre el suspense y el terror. Yo, personalmente, también añadiría muerte e insectos (abejas).

La mayoría de estas Advertencias de Contenido se centran en momentos concretos de la trama, incluso puede que escenas específicas, o se usan críticamente o de forma satírica. El contenido LGTB+ de esta obra está en su centro, siendo una buena representación de una cierta variedad de personas dentro del espectro queer, por lo que la transfobia siempre se contrasta críticamente. La depresión y la ansiedad, en cambio, considero que son un trigger muy fuerte: la protagonista, Ava, está clínicamente diagnosticada y es el punto de vista que la narración sigue, siendo su estado mental una representación magníficamente buena y magníficamente peligrosa para la salud mental de les lectores con historial de estas enfermedades.

Pese a ello, Finna es una novelette (novella según la clasificación anglosajona) altamente recomendable y muy interesante. Centrándose en las relaciones de amistad y en la importancia de la existencia de una red de soporte emocional. Es una obra eminentemente millennial, centrada también en la experiencia LGTB+: Ava es una mujer cis queer y su ex es Jules, una persona no-binaria de etnia mixta. Además, ambes protagonistes son dos personas de clase trabajadora, algo extremadamente importante en una obra que es, a nivel sublime, una sátira contra el capitalismo.

Mi problema principal con la lectura de esta obra es que si unes sátira contra nuestro modelo económico actual con un personaje que sufre depresión terminas encontrándote un libro bastante ácido y bastante oscuro, cosa que no parece desde la portada y, especialmente, desde la sinopsis, así que me gustaría volver a recordar la necesidad de ir con cuidado. Sin embargo, es una obra muy buena, con un estilo bastante directo y muy centrado en el uso del lenguaje moderno, demostrando que no hace falta un estilo recargado para escribir bien.

Esta obra tristemente no tiene traducción al español aún, y salió en un momento que dificultó mucho sus ventas, pero me gustaría que fuese más conocida, tanto por su calidad como por lo importantes que son los temas que trata. Y vosotres, ¿algune la conocía? ¿Qué os pareció?

lunes, 17 de agosto de 2020

Reseña: Diario de una escritora, de Virginia Woolf, editado por Leonard Woolf



Ficha técnica:


Título: Diario de una escritora
Título Original: A Writer's Diary
Autora: Virginia Woolf
Editor: Leonard Woolf
Año de publicación: 1953
Páginas: 436
Género: No-ficción, autobiografía
Sinopsis: Más allá de una versión mutilada o censurada de los diarios íntimos de la escritora Viginia Woolf, los textos que forman este Diario de una escritora resultan imprescindibles para una comprensión del método e intención de la novelista inglesa. Dudas y temores, constancia y honestidad, compromiso y desánimo conforman estas páginas como diario íntimo. Nuestra suerte reside en encontrar del mismo modo, en la selección de Leonard Woolf, rastros y testimonios de las impresiones de la autora sobre la concepción de sus obras, sobre la trama y la forma, sobre la caracterización de sus personajes, sobre los avatares de la publicación, y, en definitiva, sobre las circunstancias del proceso creativo.


Reseña:


Virginia Woolf fue una escritora, editora, ensayista y activista feminista que nació en 1882 en Londres, Reino Unido. Publicó su primera novela en 1915, Fin de viaje (The Voyage Out), y seguiría publicando ficción y no-ficción hasta su suicidio en 1941, publicándose a título póstumo su última novela, Entre actos (Between the Acts). Tras su muerte, su marido y editor Leonard Woolf publicó esta versión de su diario, que constaba de 26 volúmenes y que también se ha publicado de forma íntegra como Los diarios de Virginia Woolf, en cinco volúmenes (1915-1941).

Se hace difícil reseñar esta obra, puesto que su carácter fragmentario e inconexo la convierten en una lectura compleja. No sólo debido a los saltos temporales, que son aparentes, si no también por las dudas que provoca acerca de qué ha sido cortado y qué no. Leyendo otras de sus obras, como Una habitación propia (A Room of One's Own) o Tres Guineas (Three Guineas), que reseñé aquí y aquí, surgía la imagen de una mujer feminista, escritora y editora, educada y de clase alta. Una mujer que traía temas nuevos al feminismo, que no era perfecta pero que trataba temas de la posición de la mujer en la sociedad y de safismo. Leyendo esta obra, esas cosas no salen a la luz. Y una se pregunta: ¿acaso su opinión feminista no era relevante a su escritura? ¿Acaso no salió Orlando: una biografía (Orlando: A Biography) de su relación sáfica con Vita Sackville-West? Más adelante, conforme se acerca la guerra, es el tinte político el que tiñe la selección de textos, abandonando, en muchos casos, las cuestiones literarias.

Lo cierto es que es una obra que, el 80% del tiempo, habla de que autores (masculinos) leía, qué libros escribía y cómo, con qué autores (masculinos) hablaba. El propio Leonard sale bastantes veces, en calidad de devoto esposo (¿es eso relevante a la obra literaria de Woolf?) y de editor de su imprenta privada, la Hogwarth Press. Si bien es muy fácil sentirse identificada con sus procesos de escritura y re-escritura, sus quejas sobre escribir por encargo, su intento de encontrar un equilibrio entre ficción y no-ficción y el resto de sus periplos escritoriles, punteados siempre por su trastorno bipolar, su depresión y el resto de sus problemas de salud, una no deja de tener, latente, las preguntas "¿cuánto habrán quitado?" y "¿sería ésta realmente la verdadera Woolf?". Supongo que, en realidad, la única forma de responder a eso es leerse los cinco volúmenes con sus diarios completos. Pero, por ahora, no será.

No dudéis en dejar un comentario si habéis leído el libro o contándome vuestras impresiones. ¡Hasta la próxima!

lunes, 3 de agosto de 2020

Reseña: Alanna, de Tamora Pierce



Ficha técnica:


Título: Alanna
Título Original: Song of the Lioness
Autora: Tamora Pierce
Año de publicación: 1983-1988
Libros: 4
Género: Fantasía, fantasía medieval
Sinopsis: "De ahora en más, soy Alan de Trebond, el mellizo menor. Seré un caballero." De este modo, la joven Alanna de Trebond emprende su travesía hacia la caballería. A pesar de ser una niña, Alanna siempre anheló vivir las aventuras y hazañas que sólo se permitían a los varones. Su hermano mellizo, Thom, quiere aprender el arte de la magia. Thom se dirige al convento para aprender magia; Alanna, haciéndose pasar por un varón, marcha rumbo al castillo del rey Roald para comenzar su formación como paje. Sin embargo, no es tan sencillo llegar a ser caballero. A medida que Alanna desarrolla las destrezas necesarias para la batalla, también debe aprender a controlar sus impulsos y a diferenciar a sus enemigos de sus aliados. En un mundo donde abundan las espadas y la hechicería, la aventura y la intriga, el bien y el mal, comienza la primera aventura de Alanna.


Reseña:


Tamora Pierce es una escritora de fantasía a tiempo completo, aunque también fue actriz, directora de teatro, editora, reseñadora profesional, secretaria e institutriz. Su primera obra publicada fue Alanna: La Guerrera (Alanna: The First Adventure) en 1983, el primero de un cuarteto llamado Alanna (Song of the Lioness) que empezó a escribir como una novela adulta durante sus años universitarios. Es debido a su unidad estructural (aunque los dos primeros libros, los únicos disponibles en castellano, pueden funcionar como una bilogía) que esta reseña trata de las cuatro novelas: Alanna: La Guerrera (Alanna: The First Adventure, 1983), Alanna: En Manos De La Diosa (In the Hand of the Goddess, 1984), La mujer que cabalga como un hombre (The Woman Who Rides Like A Man, 1986) y Leona rampante, (Lioness Rampant, 1988).

Alanna: La Guerrera empezó como un intento de acercar el canon de la fantasía a un público juvenil, de crear una historia épica con una protagonista femenina. Es indudable que lo consiguió, tan indudable como es su participación en el feminismo de su época. Alanna es un personaje que lucha contra el machismo, aunque ella no lo sepa; que destroza los roles de género, aunque ella no los llame así; que reclama la posición de las mujeres como seres humanos tanto en su mundo como en el nuestro. El cuarteto es, sin lugar a dudas, una obra que nace de ideas feministas tan radicales como la posibilidad de una mujer de ser algo diferente a una esposa, la independencia femenina, la decisión de no querer tener hijos (y los métodos anticonceptivos) y, más adelante, el descubrimiento sexual como algo de lo que también puede disfrutar la mujer, la naturalidad de tener más de un compañero sexual en la vida, la sororidad y los sistemas de herencias no-patrilineales.

Eso no lo hace un cuarteto magnífico en su ámbito social: en el fondo, esta obra termina siendo una novela romántica con un preámbulo de fantasía épica y una gran cantidad de escenas de lucha. Y, como toda novela romántica, está basada en la cisheteronorma. Si bien mantiene una fuerte presencia de la importancia de las amistades (chico-chico, chico-chica y chica-chica), gran parte de la obra está centrada en la importancia de las relaciones amoroso-sexuales y las tensiones resultantes (sí, estoy diciendo que hay triángulos y otras cosas). Otro problema que tiene esta obra, especialmente el tercer libro, es el orientalismo. Si bien no hay racismo, sí que hay una exotización muy fuerte de una cultura "inventada" del desierto en la que las mujeres llevan velo y que, claramente, es orientalismo.

Literariamente, Alanna es un cuarteto compuesto por libros juveniles cortos y de rápida lectura. Con un ritmo ágil y unas dinámicas de saltos temporales centradas en contar siempre lo importante y dejarse de parafernalias, estos libros siguen siendo muy recomendables para un público juvenil. Comparando con la otra obra juvenil que he leído por ahora para el Insolente Bingo Violeta, creo que Alanna sí es una obra que sigue siendo relevante y recomendable para educar a un público juvenil en el feminismo, aunque sería necesario completar esa educación también con obras anti-racistas y pro-LGTB+, además de otras obras feministas con perspectivas diferentes.

En resumen, si bien la edad no me ha permitido disfrutar de esta obra como si fuera aún una adolescente, es una obra que recomiendo muchísimo a la hora de educar a jóvenes en el feminismo. ¿Y vosotras, alguien ha leído la obra? ¿Pensáis hacerlo?

lunes, 27 de julio de 2020

Reseña: Las estrellas son legión, de Kameron Hurley



Ficha técnica:


Título: Las estrellas son legión
Título Original: The Stars Are Legion
Autora: Kameron Hurley
Año de publicación: 2017
Páginas: 352
Género: Ciencia ficción, Space Opera
Sinopsis: En los confines del universo, la Legión, un sistema de naves-mundo que se van pudriendo poco a poco, se desplaza por los intersticios de las estrellas. Parece que nada es capaz de detener la agonía de esos mundos, en los que durante siglos dos familias han estado luchando por la supremacía, y se pone en marcha un plan desesperado.
Zan no recuerda quién es. Recupera la conciencia entre personas que dicen ser su familia y le aseguran que tiene en sus manos la salvación porque solo ella es capaz de abordar el Mokshi, esa misteriosa nave-mundo abandonada que puede sacarlas de la Legión.
Zan tendrá que elegir de qué lado está en una campaña genocida que la llevará desde los límites de la Legión hasta el vientre mismo del mundo.


Reseña:


Kameron Hurley es una escritora, publicista y experta académica en movimientos de resistencia y guerrilla. Con títulos académicos en historia y el prestigioso cursillo de Clarion West de escritura a sus espaldas, Lleva publicando historias cortas en diversos medios desde 1998, pero su primera novela, La guerra de Dios (God's War), se publicaría en 2010, ganando varios premios. En 2017 publicó esta obra, Las estrellas son legión (The Stars Are Legion), el libro cuya reseña negativa más importante fue "es que son lesbianas en el espacio" y, por eso, la edición en español contó con una sobrecubierta especial titulada Lesbianas en el espacio (la versión inglesa también tiene sobrecubiertas no-oficiales con ese título).

Antes de empezar con la reseña, me gustaría comentar que este libro no tiene Trigger Warnings impresos ni en su edición española ni en la original, pero sí que los requiere. En la página web de la propia autora se indican los siguientes Content Cautions: tortura, asesinato, infanticidio, aborto, secuestro, gaslighting (maltrato psicológico), violencia, vómito, abuso verbal, abuso físico, relaciones abusivas, guerra, gore (sangre y vísceras), mutilaciones, body horror (terror corporal o biológico) y pérdida de extremidades. Yo, personalmente, también añadiría embarazos, partos, canibalismo, cadáveres, insectos y anmesia.

Si bien es una obra con tantísimas advertencias de contenido, la mayoría de estos elementos se tratan de forma diferente a la habitual. En mi caso, esta obra no me trigueó en ningún momento, pese a que al menos tres de esos elementos de la lista suelen ser un trigger fuerte mío personal, así que es una obra a la que recomiendo acercarse con conocimiento y de causa y con cautela, pero con decisión.

Gran parte de eso se debe a que Las estrellas son legión constituye una pieza contemporánea y mainstream de la ciencia ficción más feminista. En un universo en el que ser persona significa ser mujer, Hurley logra crear un discurso que en nuestra sociedad toca todos los puntos posibles del feminismo más activista actual. Es un feminismo interseccional, que en última instancia insiste en la sororidad frente a cualquier otra posición y que toca todos los palos en la conversación sobre la autodeterminación sobre el cuerpo, incluyendo en temas de gestación. Un universo en el que las mujeres son extremadamente diversas en todos los aspectos: etnia, clase social, personalidad, capacidades... Incluso, creo, que hay alguna que no es lesbiana.

El mayor problema que tiene esta obra, tristemente, es su accesibilidad. Tiene un estilo y unas elecciones narrativas muy específicas que complican la comprensión del texto y que, por tanto, facilitan la confusión tanto de la trama como de los temas de la obra. Pese a ello, yo disfruté muchísimo con la utilización de recursos literarios avanzados y que los múltiples niveles de interacción (con el feminismo, con la cifi...) que crea en el proceso. También parece que el estilo no ha terminado de funcionar en la traducción al español, que tiene frases imposibles y algunos errores imperdonables como que The God of War sea masculino en castellano cuando se usa el femenino "she" en inglés, así que, de tener el nivel lingüístico, recomiendo la versión original en este caso.

En definitiva, soy consciente de que es una obra compleja y con muchas advertencias de contenido, pero también considero que es una obra imprescindible para cualquier persona interesada tanto en cifi como en feminismo. ¿Y vosotras, qué opináis? ¿Lo habéis leído?