lunes, 31 de agosto de 2020

Si entras (Relato para el #OrigiReto2020)

Si entras


25 de junio. 21:00.

Las sombras se ciernen sobre Barcelona, prometiendo una perfecta noche de verano. Las plantas parecen crecer y espesar, las nubes se persiguen por el cielo, un cisne solitario picotea el camino de arena y, en la lejanía, dos chicas están delante de uno de los edificios más reconocidos de la Exposición Universal de 1888: el Umbráculo, en el Parc de la Ciutadella.

—Confío en ti —repite, por enésima vez, la morena—. Si yo no puedo, Seelie, tienes que llevarles las fotos a la asociación. Estoy segura que les servirá perfectamente como ejemplo de la invisibilización de la asexualidad.
—Sí, sí, Roser, lo sé. Lo que no sé es qué esperas que pase.
—Yo tampoco mucho.

Con un encogimiento de hombros, la rubia se apoya en la pared del edificio y observa, silenciosa. Roser está montando su cámara, trípode y demás parafernalia, apuntando a una zona del parque en la que no hay nadie ni nada. Pero su amiga insiste, así que Seelie espera, en su noche libre, a ver qué está planeando.

—Vas a contarme qué está pasando, ¿verdad?
—¡Listo! Mira, ven, aquí, pero con cuidado, no te acerques más que yo. Mira, aquí, justo.

Roser está indicando un tenue círculo de crecimiento más alto de la hierba. Es ligero, casi imposible de ver, pero su dedo se mueve con decisión, como si creara ella el círculo con su voluntad en lugar de estar encontrando las desperdigadas pistas.

—No sé qué tengo que ver —replica Seelie.
—Claro que lo sabes. ¡Es un anillo de hadas! No es temporada de champiñones, así que el baile de las hadas ha traído un mejor crecimiento de la hierba en esta zona.
—¿Y qué pretendes hacer? ¿Fotografiarlo?
—Obviamente, voy a entrar.
—Pero Roser, si entras en un círculo de hadas, les perteneces.
—Precisamente.

25 de junio. 10:00.

La falta de sueño se refleja en las caras de todas las (pocas) personas en el café, incluyendo a Roser. Aunque suele ser madrugadora, a veces la vida imposibilita un buen descanso. El café ayuda; sólo a medias. Ayudaría poder hablar con alguien, pero Selma está ocupada trabajando.

—Perdona, ya sabes cómo es esto. Normalmente no hay clientes, pero ahora que quieres hablar conmigo van a llegar todos los ingleses de resaca queriendo un café y, especialmente, oscuridad —se disculpa, corriendo de una mesa a la otra.

Lo cierto es que tiene razón. Si algo tiene El Bosc de les Fades, es oscuridad. Las tinieblas se alargan desde la vegetación, las luces tartamudean desde sus escasos apoyos y la totalidad del recinto es un café en un bosque. Un bosque lleno de hadas, por supuesto: pequeñas, con caritas inocentes o pícaras, aladas, vestidas con los colores de las flores. Porque ésa es la temática del local: las hadas de las flores.

—Es curioso, cómo ha cambiado el concepto de “hada” a lo largo de la historia —comenta, de vuelta tras la barra, Selma. O, como indica su uniforme, Seelie.
—Sigues siendo capaz de leerme la mente, veo.
—Algo te preocupa, Roser. ¿No habrás vuelto a tener problemas por tu asexualidad?
—Oh, no, esta vez no tiene nada que ver. De hecho… Tú sabes mucho sobre hadas.
—Bueno, trabajo aquí —bromea Selma, o Seelie, encogiéndose de hombros—. Pero si te refieres a la corte de verano, algo sé. Por ejemplo, sé que nunca piden favores sexuales, que probablemente muchos casos se podrían considerar asexuales, que te tratarían bien… —El final de la frase casi no se oye, puesto que ha empezado la tormenta.

La tormenta es un hecho recurrente en el programa de luces y sonidos del bosque, pero pilla por sorpresa a varios turistas, especialmente a la mesa de jóvenes resacosos que empiezan a gritar. Aprovechando la excusa para no hablar, Roser se convence a sí misma de que su amiga no ha estado, básicamente, vendiéndole la corte de verano, es decir, las seelie faerie, como una salida a sus problemas. También se convence de que Seelie no puede haber preparado conscientemente esa interrupción.

—En realidad —continúa, una vez la situación se ha calmado—, estaba pensando en los changelings.
—Oh, esa excusa medieval para matar a bebés neurodivergentes, dices.
—Algo me suena de eso, sí. Es lo que estuviste estudiando, ¿no? Como vuestras condiciones se diagnosticaban mal.
—Puedo pasarte algunas fuentes cuando llegue a casa —comenta Seelie, secando una taza y colocándola en su sitio—. Hay bastantes estudios sobre la asociación entre autismo y mitología feérica. Pero ten cuidado, ya sabes que en nuestra época hubo muchos intentos de secuestros infantiles.

Una familia de franceses entra en ese momento en el café, dejando a Roser sumida en los recuerdos. Concretamente, en los recuerdos de sus madres hablando del pánico causado por una comadrona al intentar llevarse a Roser.

24 de junio. 23:00.

Las rejas del Parque de la Ciudadela cierran a las diez y media, pero aquí está Roser, media hora más tarde, aún en el medio del parque. Concretamente, en la glorieta. Todo su peso histórico, toda su memoria consagrada a recordar el terrible asesinato. El esfuerzo de intentar crear una fotografía correcta, a favor de los derechos de las personas transgénero, es probablemente lo que le ha llevado a trasnochar.

—Venga, pa’lante como los d’Alicante. Llega a la reja, sal, vete a casa a dormir. Que sabemos que te hace falta —se susurra, empezando a andar hacia la puerta norte e, idealmente, el metro.

Sus pies recorren los conocidos senderos serpenteantes mientras su cabeza vuelve a su rompecabezas personal: el mes del orgullo se acerca y es hora de empezar a preparar las exposiciones acerca de todas aquellas identidades invisibilizadas. Y la que tiene menos clara es, como siempre, la suya. Quizá Roser habría llegado a alguna conclusión, pero entre la frondosa oscuridad del parque surge una luz cálida y múltiple, y automáticamente vuelve a sacar la cámara.

Es a través de la lente que Roser observa el círculo de alegres danzantes. Le es imposible entender la procedencia de la iluminación, pero es cierta la presencia de un círculo de baile entre la diversidad natural que rodea el umbráculo. Le suena recordar, de alguna amistad interesada en “la magia pagana”, que es posible que el 24 de junio se considere la noche del solsticio de verano y, por lo tanto, una noche mágica. Quizá tenga algo que ver.

Con la cámara enfocada y la visión mejorada, es fácil creer en la magia. Los bailarines, si bien cuentan todos con unas proporciones adecuadas, no son humanos. Son etéreos, son gráciles, pero también tiene una cualidad que les hace parecer más naturales que todo aquello a su alrededor. Tampoco es Roser capaz de negar que la luz parece provenir de los propios bailarines, o que estos parecen no conocer la gravedad. El disparador de la cámara no hace ruido mientras fotografía su nuevo descubrimiento, con mimo y temor. Nunca toma fotografías sin permiso, pero ¿acaso le darían permiso para siquiera estar presente en esta ceremonia?

El baile avanza y, mientras las hadas entran en un frenesí en el que se abandonan a su obra, Roser les dedica retratos individuales. Todas caras esbeltas, perfectas, radiantes. Todas caras diferentes, de todas las facciones y las estéticas, de todas las edades y géneros… Y la última, la cara de su amiga, Selma.



FIN

  • Este relato forma parte del Reto de Escritura #Origireto2020, organizado por Stiby, de Sólo un capítulo más, y Katty, de La Pluma Azul de KATTY.
  • Este relato, de 1221 palabras, corresponde al objetivo principal 12. Usa tu relato para dar visibilidad a algún colectivo minoritario.
  • También cuenta con la aparición de la Criatura del Camino (objetivo secundario 2): V. Hadas.
  • Objetivos anuales:
    • Este relato tiene a dos protagonistas femeninas, dando 6/3 para Rosa Insolente.
    • También pasa el test de Bechdel, siendo 5/2 para Sororidad.
    • Tiene representación LGB[T]+ o de minorías, siendo 5/3 para Tríada.
    • Está centrado en la crítica social, dando 1/1 para Inconformista.
    • Es un relato de fantasía, cumpliendo 5/2 para Doble Dragón (4/1 relato de fantasía y 1/1 de cifi).
    • Dentro de la fantasía, se ubicaría en la fantasía sobrenatural y en la fantasía urbana, cumpliendo 4/6 para mi objetivo personal: Escribir 6 relatos de diferentes subgéneros dentro de la fantasía.
  • Podéis encontrar el resto de mis entradas para el #Origireto2020 aquí.

lunes, 24 de agosto de 2020

Reseña: Finna, de Nino Cipri



Ficha técnica:


Título: Finna
Autore: Nino Cipri
Editorial: TOR
Año de publicación: 2020
Páginas: 144
Género: Cifi, Sátira
Sinopsis: Cuando una señora mayor desaparece en una gran superfície de venta de muebles (pero no esa) y un portal la lleva a otra dimensión, recae en dos empleados de salario mínimo encontrarla a través del multiverso y proteger a su compañía. Por si las aventuras multidimensionales no fueran suficientemente difíciles, estas dos pobres almas rompieron hace una semana.
Para encontrar a la abuela perdida, Ava y Jules van a luchar contra muebles carnívoros, enjambres de vendedores de muebles idénticos y el resentimiento que está hiviendo profundamente entre ambos. ¿Puede una amistad nacer de las cenizas de su relación? Todo es posible en infinitas dimensiones.
(traducción propia del inglés)


Reseña:


Nino Cipri es une escritore multidisciplinar, editore, educadore y entretenedore profesional en otras facetas. Cuenta con un Máster en escritura creativa (2019) por la Universidad de Kansas y con el prestigioso cursillo de Clarion West de escritura (2014). Publicó su primera historia corta en 2018 y su antología Homesick (2018) ganó el Dzanc Short Fiction Collection Prize. Finna es su primera novella, publicada el pasado 20 de Febrero de 2020.

Antes de empezar con la reseña, me gustaría comentar que este libro no tiene Trigger Warnings impresos, pero sí que los requiere. En la página web de le propie autore se indican los siguientes Content Warnings: enfermedad mental (depresión y ansiedad), complejos sentimientos tras una ruptura, transfobia (por parte de un personaje secundario), violencia, sangre y monstruos. También incluye escenas en el límite entre el suspense y el terror. Yo, personalmente, también añadiría muerte e insectos (abejas).

La mayoría de estas Advertencias de Contenido se centran en momentos concretos de la trama, incluso puede que escenas específicas, o se usan críticamente o de forma satírica. El contenido LGTB+ de esta obra está en su centro, siendo una buena representación de una cierta variedad de personas dentro del espectro queer, por lo que la transfobia siempre se contrasta críticamente. La depresión y la ansiedad, en cambio, considero que son un trigger muy fuerte: la protagonista, Ava, está clínicamente diagnosticada y es el punto de vista que la narración sigue, siendo su estado mental una representación magníficamente buena y magníficamente peligrosa para la salud mental de les lectores con historial de estas enfermedades.

Pese a ello, Finna es una novelette (novella según la clasificación anglosajona) altamente recomendable y muy interesante. Centrándose en las relaciones de amistad y en la importancia de la existencia de una red de soporte emocional. Es una obra eminentemente millennial, centrada también en la experiencia LGTB+: Ava es una mujer cis queer y su ex es Jules, una persona no-binaria de etnia mixta. Además, ambes protagonistes son dos personas de clase trabajadora, algo extremadamente importante en una obra que es, a nivel sublime, una sátira contra el capitalismo.

Mi problema principal con la lectura de esta obra es que si unes sátira contra nuestro modelo económico actual con un personaje que sufre depresión terminas encontrándote un libro bastante ácido y bastante oscuro, cosa que no parece desde la portada y, especialmente, desde la sinopsis, así que me gustaría volver a recordar la necesidad de ir con cuidado. Sin embargo, es una obra muy buena, con un estilo bastante directo y muy centrado en el uso del lenguaje moderno, demostrando que no hace falta un estilo recargado para escribir bien.

Esta obra tristemente no tiene traducción al español aún, y salió en un momento que dificultó mucho sus ventas, pero me gustaría que fuese más conocida, tanto por su calidad como por lo importantes que son los temas que trata. Y vosotres, ¿algune la conocía? ¿Qué os pareció?

lunes, 17 de agosto de 2020

Reseña: Diario de una escritora, de Virginia Woolf, editado por Leonard Woolf



Ficha técnica:


Título: Diario de una escritora
Título Original: A Writer's Diary
Autora: Virginia Woolf
Editor: Leonard Woolf
Año de publicación: 1953
Páginas: 436
Género: No-ficción, autobiografía
Sinopsis: Más allá de una versión mutilada o censurada de los diarios íntimos de la escritora Viginia Woolf, los textos que forman este Diario de una escritora resultan imprescindibles para una comprensión del método e intención de la novelista inglesa. Dudas y temores, constancia y honestidad, compromiso y desánimo conforman estas páginas como diario íntimo. Nuestra suerte reside en encontrar del mismo modo, en la selección de Leonard Woolf, rastros y testimonios de las impresiones de la autora sobre la concepción de sus obras, sobre la trama y la forma, sobre la caracterización de sus personajes, sobre los avatares de la publicación, y, en definitiva, sobre las circunstancias del proceso creativo.


Reseña:


Virginia Woolf fue una escritora, editora, ensayista y activista feminista que nació en 1882 en Londres, Reino Unido. Publicó su primera novela en 1915, Fin de viaje (The Voyage Out), y seguiría publicando ficción y no-ficción hasta su suicidio en 1941, publicándose a título póstumo su última novela, Entre actos (Between the Acts). Tras su muerte, su marido y editor Leonard Woolf publicó esta versión de su diario, que constaba de 26 volúmenes y que también se ha publicado de forma íntegra como Los diarios de Virginia Woolf, en cinco volúmenes (1915-1941).

Se hace difícil reseñar esta obra, puesto que su carácter fragmentario e inconexo la convierten en una lectura compleja. No sólo debido a los saltos temporales, que son aparentes, si no también por las dudas que provoca acerca de qué ha sido cortado y qué no. Leyendo otras de sus obras, como Una habitación propia (A Room of One's Own) o Tres Guineas (Three Guineas), que reseñé aquí y aquí, surgía la imagen de una mujer feminista, escritora y editora, educada y de clase alta. Una mujer que traía temas nuevos al feminismo, que no era perfecta pero que trataba temas de la posición de la mujer en la sociedad y de safismo. Leyendo esta obra, esas cosas no salen a la luz. Y una se pregunta: ¿acaso su opinión feminista no era relevante a su escritura? ¿Acaso no salió Orlando: una biografía (Orlando: A Biography) de su relación sáfica con Vita Sackville-West? Más adelante, conforme se acerca la guerra, es el tinte político el que tiñe la selección de textos, abandonando, en muchos casos, las cuestiones literarias.

Lo cierto es que es una obra que, el 80% del tiempo, habla de que autores (masculinos) leía, qué libros escribía y cómo, con qué autores (masculinos) hablaba. El propio Leonard sale bastantes veces, en calidad de devoto esposo (¿es eso relevante a la obra literaria de Woolf?) y de editor de su imprenta privada, la Hogwarth Press. Si bien es muy fácil sentirse identificada con sus procesos de escritura y re-escritura, sus quejas sobre escribir por encargo, su intento de encontrar un equilibrio entre ficción y no-ficción y el resto de sus periplos escritoriles, punteados siempre por su trastorno bipolar, su depresión y el resto de sus problemas de salud, una no deja de tener, latente, las preguntas "¿cuánto habrán quitado?" y "¿sería ésta realmente la verdadera Woolf?". Supongo que, en realidad, la única forma de responder a eso es leerse los cinco volúmenes con sus diarios completos. Pero, por ahora, no será.

No dudéis en dejar un comentario si habéis leído el libro o contándome vuestras impresiones. ¡Hasta la próxima!

lunes, 3 de agosto de 2020

Reseña: Alanna, de Tamora Pierce



Ficha técnica:


Título: Alanna
Título Original: Song of the Lioness
Autora: Tamora Pierce
Año de publicación: 1983-1988
Libros: 4
Género: Fantasía, fantasía medieval
Sinopsis: "De ahora en más, soy Alan de Trebond, el mellizo menor. Seré un caballero." De este modo, la joven Alanna de Trebond emprende su travesía hacia la caballería. A pesar de ser una niña, Alanna siempre anheló vivir las aventuras y hazañas que sólo se permitían a los varones. Su hermano mellizo, Thom, quiere aprender el arte de la magia. Thom se dirige al convento para aprender magia; Alanna, haciéndose pasar por un varón, marcha rumbo al castillo del rey Roald para comenzar su formación como paje. Sin embargo, no es tan sencillo llegar a ser caballero. A medida que Alanna desarrolla las destrezas necesarias para la batalla, también debe aprender a controlar sus impulsos y a diferenciar a sus enemigos de sus aliados. En un mundo donde abundan las espadas y la hechicería, la aventura y la intriga, el bien y el mal, comienza la primera aventura de Alanna.


Reseña:


Tamora Pierce es una escritora de fantasía a tiempo completo, aunque también fue actriz, directora de teatro, editora, reseñadora profesional, secretaria e institutriz. Su primera obra publicada fue Alanna: La Guerrera (Alanna: The First Adventure) en 1983, el primero de un cuarteto llamado Alanna (Song of the Lioness) que empezó a escribir como una novela adulta durante sus años universitarios. Es debido a su unidad estructural (aunque los dos primeros libros, los únicos disponibles en castellano, pueden funcionar como una bilogía) que esta reseña trata de las cuatro novelas: Alanna: La Guerrera (Alanna: The First Adventure, 1983), Alanna: En Manos De La Diosa (In the Hand of the Goddess, 1984), La mujer que cabalga como un hombre (The Woman Who Rides Like A Man, 1986) y Leona rampante, (Lioness Rampant, 1988).

Alanna: La Guerrera empezó como un intento de acercar el canon de la fantasía a un público juvenil, de crear una historia épica con una protagonista femenina. Es indudable que lo consiguió, tan indudable como es su participación en el feminismo de su época. Alanna es un personaje que lucha contra el machismo, aunque ella no lo sepa; que destroza los roles de género, aunque ella no los llame así; que reclama la posición de las mujeres como seres humanos tanto en su mundo como en el nuestro. El cuarteto es, sin lugar a dudas, una obra que nace de ideas feministas tan radicales como la posibilidad de una mujer de ser algo diferente a una esposa, la independencia femenina, la decisión de no querer tener hijos (y los métodos anticonceptivos) y, más adelante, el descubrimiento sexual como algo de lo que también puede disfrutar la mujer, la naturalidad de tener más de un compañero sexual en la vida, la sororidad y los sistemas de herencias no-patrilineales.

Eso no lo hace un cuarteto magnífico en su ámbito social: en el fondo, esta obra termina siendo una novela romántica con un preámbulo de fantasía épica y una gran cantidad de escenas de lucha. Y, como toda novela romántica, está basada en la cisheteronorma. Si bien mantiene una fuerte presencia de la importancia de las amistades (chico-chico, chico-chica y chica-chica), gran parte de la obra está centrada en la importancia de las relaciones amoroso-sexuales y las tensiones resultantes (sí, estoy diciendo que hay triángulos y otras cosas). Otro problema que tiene esta obra, especialmente el tercer libro, es el orientalismo. Si bien no hay racismo, sí que hay una exotización muy fuerte de una cultura "inventada" del desierto en la que las mujeres llevan velo y que, claramente, es orientalismo.

Literariamente, Alanna es un cuarteto compuesto por libros juveniles cortos y de rápida lectura. Con un ritmo ágil y unas dinámicas de saltos temporales centradas en contar siempre lo importante y dejarse de parafernalias, estos libros siguen siendo muy recomendables para un público juvenil. Comparando con la otra obra juvenil que he leído por ahora para el Insolente Bingo Violeta, creo que Alanna sí es una obra que sigue siendo relevante y recomendable para educar a un público juvenil en el feminismo, aunque sería necesario completar esa educación también con obras anti-racistas y pro-LGTB+, además de otras obras feministas con perspectivas diferentes.

En resumen, si bien la edad no me ha permitido disfrutar de esta obra como si fuera aún una adolescente, es una obra que recomiendo muchísimo a la hora de educar a jóvenes en el feminismo. ¿Y vosotras, alguien ha leído la obra? ¿Pensáis hacerlo?