lunes, 27 de julio de 2020

Reseña: Las estrellas son legión, de Kameron Hurley



Ficha técnica:


Título: Las estrellas son legión
Título Original: The Stars Are Legion
Autora: Kameron Hurley
Año de publicación: 2017
Páginas: 352
Género: Ciencia ficción, Space Opera
Sinopsis: En los confines del universo, la Legión, un sistema de naves-mundo que se van pudriendo poco a poco, se desplaza por los intersticios de las estrellas. Parece que nada es capaz de detener la agonía de esos mundos, en los que durante siglos dos familias han estado luchando por la supremacía, y se pone en marcha un plan desesperado.
Zan no recuerda quién es. Recupera la conciencia entre personas que dicen ser su familia y le aseguran que tiene en sus manos la salvación porque solo ella es capaz de abordar el Mokshi, esa misteriosa nave-mundo abandonada que puede sacarlas de la Legión.
Zan tendrá que elegir de qué lado está en una campaña genocida que la llevará desde los límites de la Legión hasta el vientre mismo del mundo.


Reseña:


Kameron Hurley es una escritora, publicista y experta académica en movimientos de resistencia y guerrilla. Con títulos académicos en historia y el prestigioso cursillo de Clarion West de escritura a sus espaldas, Lleva publicando historias cortas en diversos medios desde 1998, pero su primera novela, La guerra de Dios (God's War), se publicaría en 2010, ganando varios premios. En 2017 publicó esta obra, Las estrellas son legión (The Stars Are Legion), el libro cuya reseña negativa más importante fue "es que son lesbianas en el espacio" y, por eso, la edición en español contó con una sobrecubierta especial titulada Lesbianas en el espacio (la versión inglesa también tiene sobrecubiertas no-oficiales con ese título).

Antes de empezar con la reseña, me gustaría comentar que este libro no tiene Trigger Warnings impresos ni en su edición española ni en la original, pero sí que los requiere. En la página web de la propia autora se indican los siguientes Content Cautions: tortura, asesinato, infanticidio, aborto, secuestro, gaslighting (maltrato psicológico), violencia, vómito, abuso verbal, abuso físico, relaciones abusivas, guerra, gore (sangre y vísceras), mutilaciones, body horror (terror corporal o biológico) y pérdida de extremidades. Yo, personalmente, también añadiría embarazos, partos, canibalismo, cadáveres, insectos y anmesia.

Si bien es una obra con tantísimas advertencias de contenido, la mayoría de estos elementos se tratan de forma diferente a la habitual. En mi caso, esta obra no me trigueó en ningún momento, pese a que al menos tres de esos elementos de la lista suelen ser un trigger fuerte mío personal, así que es una obra a la que recomiendo acercarse con conocimiento y de causa y con cautela, pero con decisión.

Gran parte de eso se debe a que Las estrellas son legión constituye una pieza contemporánea y mainstream de la ciencia ficción más feminista. En un universo en el que ser persona significa ser mujer, Hurley logra crear un discurso que en nuestra sociedad toca todos los puntos posibles del feminismo más activista actual. Es un feminismo interseccional, que en última instancia insiste en la sororidad frente a cualquier otra posición y que toca todos los palos en la conversación sobre la autodeterminación sobre el cuerpo, incluyendo en temas de gestación. Un universo en el que las mujeres son extremadamente diversas en todos los aspectos: etnia, clase social, personalidad, capacidades... Incluso, creo, que hay alguna que no es lesbiana.

El mayor problema que tiene esta obra, tristemente, es su accesibilidad. Tiene un estilo y unas elecciones narrativas muy específicas que complican la comprensión del texto y que, por tanto, facilitan la confusión tanto de la trama como de los temas de la obra. Pese a ello, yo disfruté muchísimo con la utilización de recursos literarios avanzados y que los múltiples niveles de interacción (con el feminismo, con la cifi...) que crea en el proceso. También parece que el estilo no ha terminado de funcionar en la traducción al español, que tiene frases imposibles y algunos errores imperdonables como que The God of War sea masculino en castellano cuando se usa el femenino "she" en inglés, así que, de tener el nivel lingüístico, recomiendo la versión original en este caso.

En definitiva, soy consciente de que es una obra compleja y con muchas advertencias de contenido, pero también considero que es una obra imprescindible para cualquier persona interesada tanto en cifi como en feminismo. ¿Y vosotras, qué opináis? ¿Lo habéis leído?

martes, 21 de julio de 2020

Piensa en mí (Relato para el #OrigiReto2020)

Piensa en mí


Piensa en mí. Cuando la noche se cierra sobre ti, tiñendo el cielo de oscuridad y de melancolía. Cuando la luna se asoma en sobre tu frente despejada, reflejando su pálida luz en tus ojos abiertos. Cuando las estrellas parecen tan lejanas como tus esperanzas, igual de imposibles.
Piensa en mí. Cuando el frío te muerde la piel, haciéndote temblar de la tristeza. Cuando el sueño te abandona, llevándose consigo la esperanza del descanso y las ensoñaciones. Cuando todo parece imposible, la ilusión de un sueño de verano.
Piensa en mí. Si la nostalgia te absorbe, frágil como una hoja al viento. Si la soledad aprieta, abandonándote en la desesperanza. Si la desdicha te ahoga, débil como un suspiro en la oscuridad.
Piensa en mí. Si la fragilidad duele, llenándote de resquicios. Si la pena te envenena, blanda como la nieve posándose en tus pestañas. Si la suavidad destroza, rompiéndote en mil pedazos. Piensa en mí.

Honda Herida: Bendíceme. Eres todo aquello que me queda en mi última hora, en mi último aliento. Bendíceme. Bendíceme y llena mi boca de aire, de fuerza, de esperanza, de valor. Llena mi boca con una voz que abarque distancias, atraviese el mundo y llegue hasta sus oídos.
Con una voz que marque la piel, que deje un rastro de amor y pasión, que hable de nuestra historia. Que bese su frente y se clave en su sien, haciéndole llegar todas esas palabras que soy incapaz de susurrar, incapaz de confesar.
Que le haga feliz, que sirva para llenar de anhelo el vacío que dejé, que dejaré, que estoy dejando, que nunca quise dejar y que prometí nunca permitir. Llena mi boca con una voz que quiebre montañas, que rompa mi prisión y allane el camino a mis pensamientos, que me devuelva a mi lugar. Con una voz que encienda la fe, que me llene de energías y de esperanzas, que me devuelva la luz y la alegría, que me de fuerzas para luchar y para volver a mi hogar.
Con una voz que teja sueños e ilusiones, que llene los huecos de mi memoria de dulzor y amor, que ilumine mi camino y mi futuro, que haga posible todo eso que una vez deseamos. Honda Herida: Bendíceme. Para alimentar mi delirio.

Oh, piensa en mí. Cuando desaparece la ilusión, dejándote sólo un recuerdo de tus deseos y creencias. Cuando tiembla la esperanza, ondeando tu ser y tu determinación hasta que se rompen en pedazos. Cuando muere la fe, abandonándote en la nada de la realidad y la tristeza.
Piensa en mí. Cuando te sacude el dolor, resquebrajando tu entereza en desesperación. Cuando el aire no te alcanza, destruyéndote en la agonía de tu herida y de tu fracaso. Cuando te rompe el delirio, anulando tu pensamiento y tu esperanza hasta que comprendes que no queda nada.
Piensa en mí. Cuando la temperatura no te protege, un escalofrío subiéndote por el alma y recordándote tu destino. Cuando te estruja la fiebre, la realidad atravesando tu consciencia y destellando en un último instante de claridad. Cuando la vida no te atrapa y eres libre de desligarte de sus cadenas.
Piensa en mí. Cuando la desazón te acurrulla suavemente, un estremecimiento naciendo de tu comprensión y llegando a tu corazón. Cuando el frío te invade lentamente, el desvarío llenándote de dudas y divulgando un último secreto. Cuando la razón te atrapa finalmente y eres libre de deshacerte de tus ataduras. Piensa en mí.

La voz que abarca distancias, que me da todo aquello que necesito y que no merezco, que llega hasta ti y que te murmura todo aquello que anhelo. Una voz que marque la piel en un patrón de amor, en un tatuaje de dulzor, en una caricia de deseo, en todo aquello que ansío. Aquella voz que bese tu frente y se clave en tu sien, que acaricie tus párpados y se esconda en tus labios, que abrace tu nuca y se acurruque en tu mejilla.
Que sirva para llenar de anhelo el vacío, para hacerme olvidar esta traición, para llenar de vida esta herida, para hacerme creer el futuro. La voz que quiebra montañas, que rompe colinas y que allana caminos, que me salvaría de mi perdición, que me sacaría de esta prisión, que me acercaría a ti.
Es una mentira, una mentira que enciende la fe en mí, que promete un final feliz, que aligera mi peso y que llena mi vacío de esperanza y mi herida, de luz. El engaño que cubre mi razón, que promete lo imposible y que alarga mi sufrimiento. Un engaño que teje sueños e ilusiones de una vida diferente, de una vida que no me pertenece ya. Aquel engaño que me rodea con sus espejismos de aquello que podría haber sido pero que nunca será. Que sólo sirve para alimentar mi delirio.
Honda Herida: Consuélame. Eres todo aquello que queda en mi última hora, en mi último aliento. Consuélame. Consuélame y ayúdame a dar el siguiente paso, el que debo dar.
Debo olvidar la luz perdida, aquella que me ha llenado de sueños e ilusiones, de fortaleza y de esperanza, debo dejar de luchar esta batalla perdida. Ese embuste no ha de volver, no ha de continuar retrasando lo inevitable, no ha de mantenerme atada al presente, no ha de anclarme a la vida, no ha de detenerme.
Ya está abandonándome la fría memoria, ya está soltándome la dura mentira, ya está liberándome la oscura falacia. Honda Herida: Consuélame. Déjame ir.

Piensa en mí. Suelta las riendas. Piensa en mí. Déjate ir. Piensa en mí. Ruega por mí.





FIN

  • Este relato forma parte del Reto de Escritura #Origireto2020, organizado por Stiby, de Sólo un capítulo más, y Katty, de La Pluma Azul de KATTY.
  • Para recuperar este relato (de Marzo) estoy utilizando la recuperación que conseguí participando en el Evento de Cumpleaños de Katty. ¡Si no la felicitasteis en su momento, id ahora!
  • Este relato, de 933 palabras, corresponde al objetivo principal 2. Crea un relato basándote en una canción.
  • La canción en la que se basa este relato es Delirio, del grupo Stream of Passion. La letra de la canción son las partes en cursiva de este relato.
  • Para esta historia se incluyen los objetos 13, nieve, y 19, una canción.
  • Podéis encontrar el resto de mis entradas para el #Origireto2020 aquí.

sábado, 11 de julio de 2020

Reseña: Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie



Ficha técnica:


Título: Todos deberíamos ser feministas
Título Original: We Should All Be Feminists
Autora: Chimamanda Ngozi Adichie
Año de publicación: 2014
Páginas: 64
Género: No-ficción, ensayo
Sinopsis: Ser feminista no es solo cosa de mujeres. Adichie lo demuestra en este elocuente y perspicaz texto, en el que nos brinda una definición singular de lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Con un estilo claro y directo, y sin dejar de lado el humor, esta carismática autora explora el papel de la mujer actual y apunta ideas para hacer de este mundo un lugar más justo.
Adichie defiende que el feminismo es una cuestión que nos atañe a todos, y que para poder acabar con el problema de la discriminación de género es necesario que la sociedad cambie su visión acerca de lo que significa ser feminista, y un primer paso para ello es la educación de los hijos, tanto de los hombres como de las mujeres.


Reseña:


Chimamanda Ngozi Adichie es una escritora, profesora y activista feminista. Con estudios en medicina, farmacología, comunicaciones y ciencias políticas, por las universidades de Nigeria (su país natal); Drexel, en Philadelphia, y Eastern Connecticut, Adichie también cuenta con un Máster en Escritura Creativa por la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore. Su primera novela, La flor púrpura (Purple Hibiscus), se publicó en 2003 y la convirtió en un referente de la literatura africana en inglés. En 2012 sería invitada a una conferencia TEDx para hablar del feminismo en Nigeria (que se puede ver aquí entera y con subtítulos en español) y de esa conferencia salió esta obra: Todos deberíamos ser feministas (We Should All Be Feminists), un ensayo corto.

Nota: Cuando escribí originalmente esta reseña no sabía que la autora es tránsfoba. Podéis leer mis impresiones originales, pero ya no recomiendo leer nada suyo cuando es una persona que usa su fama y sus recursos para excluir a personas del colectivo LGTB+.

Las diferencias entre la conferencia y el ensayo son mínimas, y reflejan que mientras la conferencia estaba mayoritariamente preparada para una audiencia nigeriana, el ensayo se adaptó para un público internacional. Estas pequeñas aclaraciones sirven para ubicar, añadir detalles o alargar una explicación que podría resultar confusa, pero a gran escala no implican una pérdida de contenido. Esto se debe a que, si bien toda esta obra está centrada en las experiencias en Nigeria acerca del feminismo, es un concepto muy universal. Su objetivo es demostrar, con ejemplos cotidianos y globales, que el machismo sigue existiendo y que, por eso, todos deberíamos ser feministas.

Por eso, es un texto cuyas dos virtudes principales son su universalismo y su accesibilidad. Es una obra ideal para gente de todas las edades, para abrir los ojos ante injusticias de las que no eran conscientes. Sin embargo, tiene un gran pero, y se trata precisamente de su universalismo y de su accesibilidad, que son llevados hasta tal punto que sería raro que aportaran ningún conocimiento novedoso para nadie que ya se considere feminista. Este ensayo, que trata sobre feminismo en Nigeria, es incapaz de insertar interseccionalidad (con raza, con clase social, con migración) en su discurso, que también peca de heteronormativo y de ser complaciente: no se busca romper el sistema, se busca lograr cambios dentro de éste, cosa que estaría muy bien si no fuera porque el sistema heteropatriarcal es, precisamente, el origen del machismo.

En resumen, me ha gustado bastante. Tengo muy claro dónde enviar a toda esa gente que cree que el machismo es cosa del pasado: a leer este ensayo o ver esta charla. Pero quizá habría que buscar lecturas más variadas, para dárselas después de ésta. ¿Y vosotras, qué opináis? ¿Lo habéis leído?

sábado, 4 de julio de 2020

Hilda y Gerda (Relato para el #OrigiReto2020)

Hilda y Gerda


Érase una vez dos hermanas gemelas llamadas Hilda y Gerda. Siempre habían vivido en la ciudad, pero cuando llegaron los primeros rumores de la enfermedad, sus padres las enviaron al campo. Gerda tenía asma y se decía que eso podía empeorar la enfermedad. Cuando las noticias llegaron, resultó que los niños eran inmunes a la enfermedad, pero ya era demasiado tarde para que las hermanas volvieran con sus padres. Para nosotros, eso fue una suerte, porque es en el campo donde empieza esta historia.

Hilda y Gerda nunca antes habían vivido en el campo y la casa de Tía Frigg les había parecido grande y vacía. Tía Frigg era una profesora que vivía sola, y pronto las hermanas se acostumbraron a su nueva casa. Al principio no habían sabido cómo tratar a Tía Frigg, a la que no habían visto nunca antes y que parecía no saber nada de ellas.

—¿Cómo os llamabais? —había preguntado el primer día—. No me acuerdo mucho de vosotras, aunque fui a visitar a vuestra madre al hospital cuando nacisteis.

A Hilda aún se le aceleraba el corazón al recordar ese día, pero desde entonces, Tía Frigg había sido buena con ellas. Se pasaba el día en su despacho, pero siempre se aseguraba de que las dos hermanas estuvieran bien cuidadas y les daba clases que les hacían doler la cabeza pero que sus padres insistían en que eran ideales. Tía Frigg se iba también una mañana entera cada semana, a comprar al pueblo más cercano. Precisamente es en una de estas mañanas que nos encontramos al inicio de esta aventura.

Tía Frigg se había ido a comprar y Hilda y Gerda estaban terminando de desayunar. La mañana de la compra era emocionante, porque era la única mañana que podían hacer ruido sin estorbar el trabajo de su tía. Solían jugar a superhéroes o a las brujas, corriendo y gritando por toda la casa, pero esta vez no se estaban decidiendo. Estaban un poco cansadas de estar en la casa, pero no podían salir solas.

—¡Ya sé! Jugaremos a los investigadores —sugirió Hilda—. Un detective y una policía tienen que resolver el misterioso caso de… No sé, de algo.
—No sé… Yo… No quiero ser…
—¿Quieres ser la mujer policía? Yo puedo ser el señor investigador, me puedo pintar un bigote si quieres.
—Oh, bueno, ¡vale! Podemos resolver el misterioso caso de… ¡los deberes desaparecidos!

Y, con estas palabras, ambas hermanas estaban corriendo por la casa, buscando detrás de muebles, gritando y riendo. No habría sido de extrañar que rompieran algún jarrón o alguna figura, pero Tía Frigg no era de las que tenía decoraciones caras en casa, así que, por suerte, nada terminó roto. Lo que sí sucedió fue que las hermanas encontraron, dentro de un armario vacío y lleno de telarañas, un libro viejo y polvoriento. Parecía mucho más antiguo que la casa, con su cubierta de cuero y sus páginas gruesas. Hilda tocó el engarzado metálico que mantenía las tapas cerradas y el libro se abrió, dejando una cubierta en las manos de cada hermana. Fascinadas, observaban los detalles de la página ilustrada en la que se había abierto el libro, cuando dejaron de sentir el suelo bajo sus pies y empezaron a caer.

El suelo del bosque era suave y Hilda no recordaba el momento en que había dejado de caer. Estaba en un bosque, eso estaba claro, pero no se parecía a los bosques que se veían en las montañas desde casa de Tía Frigg. Los árboles no eran los mismos. ¿Y dónde estaba Gerda?

—¡Hilda! ¡Hilda! ¿Estáis ahí?
—¡Gerda! ¡Estoy aquí!
—¡Hilda!
—¡Ya te veo! ¡Hermana!
—Oh, Hilda, ¿qué nos habrá pasado? Quiero volver a casa…

Así estaban hablando las hermanas, lamentándose de su destino y gritando, cuando una mujer mayor, encorvada por los años y la bolsa que le colgaba a la espalda, llegó hasta ellas. Sin verla, ambas hermanas estaban abrazándose y animándose. La anciana se apoyó en un árbol, mirándolas, hasta que se sintió con suficiente fuerza como para hablarles a las jóvenes.

—¿Os habéis perdido, muchachas? No es buena idea ir gritando por el bosque.

Ambas hermanas saltaron, sorprendidas. Hilda, en posición de defensa, se interpuso entre la anciana y su hermana, que observaba a la mujer con curiosidad.

—Tranquilas, que no os haré daño. Sólo estoy interesada en encontrar algunas hierbas. Si queréis, podéis ayudar a una pobre anciana y, a cambio compartiré con vosotras mi cena y mi cabaña, esta noche. ¿Qué decís?

Con pocas otras opciones, las hermanas accedieron. Mientras Hilda sujetaba la pesada bolsa de la anciana, ésta le daba instrucciones a Gerda sobre cómo cortar las plantas. Así, al cabo de poco rato llegaron a la linde del bosque, donde les esperaba una pequeña cabaña. La anciana entró primero y pronto estaban las tres sentadas cerca del fuego, observando el puchero hirviendo.

—Dejadme adivinar. No sois de por aquí. Vuestro mundo es muy diferente, y queréis volver. —La sorpresa de las gemelas fue suficiente para la anciana, pero aún y así les dejó hablar.
—¿Cómo lo sabe? —susurró Gerda.
—Antes sucedía más, pero cada vez es más raro. Pero lo puedo ver en vuestras extrañas ropas. ¿Supongo que querréis volver a casa?
—¡Muchísimo! —respondió rápidamente Hilda, que estaba muy cansada de llevar la bolsa todo el día.
—¿Y tú, aprendiza?
—Yo… ¿Aprendiza?
—Estoy dispuesta a enseñarte todo lo que sé. He visto hoy que tienes madera, tu forma de seguir mis consejos… Tienes madera de bruja, hija.
—Yo… No creo que pueda… No soy…
—Lo veo en tus ojos, aprendiza. Tienes todo lo que hay que tener, incluyendo ser una chica.
—Señora, apreciamos mucho lo que ha hecho por nosotras, y especialmente que trate bien a mi hermana. Pero tiene nombre, se llama Gerda. Y no es su aprendiza.
—Hilda tiene razón. No puedo abandonarla. ¡Hemos estado siempre juntas!
—En ese caso, ayudadme con mi última tarea del día y mañana os llevaré a ver a alguien que os podrá ayudar. ¡Pero tengo que tener la poción, o no nos dejarán pasar!

Cuando esa noche se fueron a dormir, delante del fuego, a ninguna de las dos hermanas le pareció duro el suelo: estaban demasiado cansadas. Pasaron el día siguiente andando, aunque la bruja se negaba a decirles dónde iban. No se encontraron a nadie más en todo el día y no fue hasta bien entrada la tarde que la anciana les dijo que estaban llegando. En silencio, como llevaban todo el día, siguieron a la bruja hasta una cascada. Hilda miraba a su hermana, que estaba observando maravillada el entorno, y se preocupó por su decisión, no por primera vez en ese día. Estas brujas no le inspiraban nada de confianza, pero a la vez, la anciana había tratado tan bien a su hermana. Eso no era normal. De hecho, la única otra persona que había tratado tan bien a Greda era, precisamente, Tía Frigg. ¡Oh, Tía Frigg estaría tan preocupada! ¡Habían desaparecido casi dos días enteros!

—Hilda, no te preocupes. Verás que pronto volveremos —susurró Gerda, sobresaltándola—. Mira, la anciana está hablando con esa otra bruja. No puedo oírlas, pero seguro que pronto vamos a volver a casa. Y yo voy a volver contigo. —Y, con esas últimas palabras, Gerda le estrujó la mano a su hermana, haciéndole sonreír.

Era verdad, ahora que Hilda se fijaba, que la anciana estaba hablando con alguien. Parecía una mujer menos mayor que la bruja, aunque había algo acerca de ella que le ponía los pelos de punta. Gerda estaba convencida que esta era otra bruja, una más poderosa. Desde donde estaban, no podían oír nada, pero sí que vieron a la anciana sacar todas las botellitas de cristal que había guardado cuidadosamente en su bolsa esa mañana, incluyendo las que contenían la poción de la noche anterior. Una vez las hubo puesto delante de su interlocutora, las botellitas brillaron y desaparecieron. Las hermanas se miraron, sorprendidas, y fue entonces cuando la anciana las llamó.

—Gerda, ¿estás segura de que quieres irte?
—Sí, anciana. Hemos estado ausentes mucho tiempo. No quiero separarme de mi hermana, y nuestra familia estará preocupada, especialmente Tía Frigg.
—En caso de ser ese tu deseo… Escúchame bien. Las aguas de la cascada se abrirán y tenéis que atravesarlas rápidamente. El portal no durará mucho. Cogeos de la mano, como vinisteis, y esta vez no os soltéis en el camino. Con suerte, todo estará bien. Y ahora, ¡partid! Se acerca la hora.

Nerviosas, Hilda y Gerda se colocaron delante de la cascada, con el agua hasta los tobillos. Lanzando una última mirada a la anciana, que las estaba despidiendo, y a la otra bruja, que estaba moviendo las manos bajo el rojo atardecer, se prepararon para volver. Apretando la mano de su hermana, Hilda observó cómo se abrían las aguas de la cascada. Juntas, de la mano, las gemelas cruzaron el arco y, notando las salpicaduras del agua en la cara, empezaron a caer otra vez.

Gerda estaba levantándose del suelo, aún aferrada a Hilda, cuando se dio cuenta de que el libro no estaba. Estaban en la habitación vacía, con el mueble abierto, pero el libro no estaba. Soltando despacio la mano de su hermana, que también se había levantado, estaba preguntándose si comentarlo o no cuando oyeron la puerta de la entrada abrirse.

—¡Hilda! ¡Gerda! ¡Ya estoy en casa! ¿Podéis venir a ayudarme a entrar la compra? He traído muchas cosas que pesan: harina, pan, pasta, arroz, las maletas de vuestros padres…

Con una sonrisa y volviendo a cogerse de la mano, Hilda y Gerda bajaron corriendo a ver a su querida Tía Frigg y a sus padres, que por fin podían venir a verlas. Salieron felices, y nunca volvieron a preocuparse por el armario ni por el libro, aunque ambos seguían exactamente como ellas los habían encontrado horas atrás.



FIN

  • Este relato forma parte del Reto de Escritura #Origireto2020, organizado por Stiby, de Sólo un capítulo más, y Katty, de La Pluma Azul de KATTY.
  • Este relato, de 1644 palabras, corresponde al objetivo principal 9. Cuenta un relato en el que la magia tenga un papel importante.
  • También cuenta con la referencia a un Cuento o Leyenda (objetivo secundario 1): A. Hansel y Gretel.
  • También sale una Criatura del Camino (objetivo secundario 2): II. Brujas/hechiceros.
  • Para esta historia se incluyen los objetos 17, una poción, y 23, magia.
  • Objetivos anuales:
    • Este relato tiene a una protagonista femenina, dando 5/3 para Rosa Insolente.
    • También pasa el test de Bechdel, siendo 4/2 para Sororidad.
    • Tiene representación LGB[T]+ o de minorías, siendo 4/3 para Tríada.
    • Es un relato de fantasía, cumpliendo 4/2 para Doble Dragón (3/1 relato de fantasía y 1/1 de cifi).
    • Dentro de la fantasía, se ubicaría en la fantasía doméstica, cumpliendo 3/6 para mi objetivo personal: Escribir 6 relatos de diferentes subgéneros dentro de la fantasía.
  • Podéis encontrar el resto de mis entradas para el #Origireto2020 aquí.