Érase una vez dos hermanas gemelas llamadas Hilda y Gerda. Siempre habían vivido en la ciudad, pero cuando llegaron los primeros rumores de la enfermedad, sus padres las enviaron al campo. Gerda tenía asma y se decía que eso podía empeorar la enfermedad. Cuando las noticias llegaron, resultó que los niños eran inmunes a la enfermedad, pero ya era demasiado tarde para que las hermanas volvieran con sus padres. Para nosotros, eso fue una suerte, porque es en el campo donde empieza esta historia.
Hilda y Gerda nunca antes habían vivido en el campo y la casa de Tía Frigg les había parecido grande y vacía. Tía Frigg era una profesora que vivía sola, y pronto las hermanas se acostumbraron a su nueva casa. Al principio no habían sabido cómo tratar a Tía Frigg, a la que no habían visto nunca antes y que parecía no saber nada de ellas.
—¿Cómo os llamabais? —había preguntado el primer día—. No me acuerdo mucho de vosotras, aunque fui a visitar a vuestra madre al hospital cuando nacisteis.
A Hilda aún se le aceleraba el corazón al recordar ese día, pero desde entonces, Tía Frigg había sido buena con ellas. Se pasaba el día en su despacho, pero siempre se aseguraba de que las dos hermanas estuvieran bien cuidadas y les daba clases que les hacían doler la cabeza pero que sus padres insistían en que eran ideales. Tía Frigg se iba también una mañana entera cada semana, a comprar al pueblo más cercano. Precisamente es en una de estas mañanas que nos encontramos al inicio de esta aventura.
Tía Frigg se había ido a comprar y Hilda y Gerda estaban terminando de desayunar. La mañana de la compra era emocionante, porque era la única mañana que podían hacer ruido sin estorbar el trabajo de su tía. Solían jugar a superhéroes o a las brujas, corriendo y gritando por toda la casa, pero esta vez no se estaban decidiendo. Estaban un poco cansadas de estar en la casa, pero no podían salir solas.
—¡Ya sé! Jugaremos a los investigadores —sugirió Hilda—. Un detective y una policía tienen que resolver el misterioso caso de… No sé, de algo.
—No sé… Yo… No quiero ser…
—¿Quieres ser la mujer policía? Yo puedo ser el señor investigador, me puedo pintar un bigote si quieres.
—Oh, bueno, ¡vale! Podemos resolver el misterioso caso de… ¡los deberes desaparecidos!
Y, con estas palabras, ambas hermanas estaban corriendo por la casa, buscando detrás de muebles, gritando y riendo. No habría sido de extrañar que rompieran algún jarrón o alguna figura, pero Tía Frigg no era de las que tenía decoraciones caras en casa, así que, por suerte, nada terminó roto. Lo que sí sucedió fue que las hermanas encontraron, dentro de un armario vacío y lleno de telarañas, un libro viejo y polvoriento. Parecía mucho más antiguo que la casa, con su cubierta de cuero y sus páginas gruesas. Hilda tocó el engarzado metálico que mantenía las tapas cerradas y el libro se abrió, dejando una cubierta en las manos de cada hermana. Fascinadas, observaban los detalles de la página ilustrada en la que se había abierto el libro, cuando dejaron de sentir el suelo bajo sus pies y empezaron a caer.
El suelo del bosque era suave y Hilda no recordaba el momento en que había dejado de caer. Estaba en un bosque, eso estaba claro, pero no se parecía a los bosques que se veían en las montañas desde casa de Tía Frigg. Los árboles no eran los mismos. ¿Y dónde estaba Gerda?
—¡Hilda! ¡Hilda! ¿Estáis ahí?
—¡Gerda! ¡Estoy aquí!
—¡Hilda!
—¡Ya te veo! ¡Hermana!
—Oh, Hilda, ¿qué nos habrá pasado? Quiero volver a casa…
Así estaban hablando las hermanas, lamentándose de su destino y gritando, cuando una mujer mayor, encorvada por los años y la bolsa que le colgaba a la espalda, llegó hasta ellas. Sin verla, ambas hermanas estaban abrazándose y animándose. La anciana se apoyó en un árbol, mirándolas, hasta que se sintió con suficiente fuerza como para hablarles a las jóvenes.
—¿Os habéis perdido, muchachas? No es buena idea ir gritando por el bosque.
Ambas hermanas saltaron, sorprendidas. Hilda, en posición de defensa, se interpuso entre la anciana y su hermana, que observaba a la mujer con curiosidad.
—Tranquilas, que no os haré daño. Sólo estoy interesada en encontrar algunas hierbas. Si queréis, podéis ayudar a una pobre anciana y, a cambio compartiré con vosotras mi cena y mi cabaña, esta noche. ¿Qué decís?
Con pocas otras opciones, las hermanas accedieron. Mientras Hilda sujetaba la pesada bolsa de la anciana, ésta le daba instrucciones a Gerda sobre cómo cortar las plantas. Así, al cabo de poco rato llegaron a la linde del bosque, donde les esperaba una pequeña cabaña. La anciana entró primero y pronto estaban las tres sentadas cerca del fuego, observando el puchero hirviendo.
—Dejadme adivinar. No sois de por aquí. Vuestro mundo es muy diferente, y queréis volver. —La sorpresa de las gemelas fue suficiente para la anciana, pero aún y así les dejó hablar.
—¿Cómo lo sabe? —susurró Gerda.
—Antes sucedía más, pero cada vez es más raro. Pero lo puedo ver en vuestras extrañas ropas. ¿Supongo que querréis volver a casa?
—¡Muchísimo! —respondió rápidamente Hilda, que estaba muy cansada de llevar la bolsa todo el día.
—¿Y tú, aprendiza?
—Yo… ¿Aprendiza?
—Estoy dispuesta a enseñarte todo lo que sé. He visto hoy que tienes madera, tu forma de seguir mis consejos… Tienes madera de bruja, hija.
—Yo… No creo que pueda… No soy…
—Lo veo en tus ojos, aprendiza. Tienes todo lo que hay que tener, incluyendo ser una chica.
—Señora, apreciamos mucho lo que ha hecho por nosotras, y especialmente que trate bien a mi hermana. Pero tiene nombre, se llama Gerda. Y no es su aprendiza.
—Hilda tiene razón. No puedo abandonarla. ¡Hemos estado siempre juntas!
—En ese caso, ayudadme con mi última tarea del día y mañana os llevaré a ver a alguien que os podrá ayudar. ¡Pero tengo que tener la poción, o no nos dejarán pasar!
Cuando esa noche se fueron a dormir, delante del fuego, a ninguna de las dos hermanas le pareció duro el suelo: estaban demasiado cansadas. Pasaron el día siguiente andando, aunque la bruja se negaba a decirles dónde iban. No se encontraron a nadie más en todo el día y no fue hasta bien entrada la tarde que la anciana les dijo que estaban llegando. En silencio, como llevaban todo el día, siguieron a la bruja hasta una cascada. Hilda miraba a su hermana, que estaba observando maravillada el entorno, y se preocupó por su decisión, no por primera vez en ese día. Estas brujas no le inspiraban nada de confianza, pero a la vez, la anciana había tratado tan bien a su hermana. Eso no era normal. De hecho, la única otra persona que había tratado tan bien a Greda era, precisamente, Tía Frigg. ¡Oh, Tía Frigg estaría tan preocupada! ¡Habían desaparecido casi dos días enteros!
—Hilda, no te preocupes. Verás que pronto volveremos —susurró Gerda, sobresaltándola—. Mira, la anciana está hablando con esa otra bruja. No puedo oírlas, pero seguro que pronto vamos a volver a casa. Y yo voy a volver contigo. —Y, con esas últimas palabras, Gerda le estrujó la mano a su hermana, haciéndole sonreír.
Era verdad, ahora que Hilda se fijaba, que la anciana estaba hablando con alguien. Parecía una mujer menos mayor que la bruja, aunque había algo acerca de ella que le ponía los pelos de punta. Gerda estaba convencida que esta era otra bruja, una más poderosa. Desde donde estaban, no podían oír nada, pero sí que vieron a la anciana sacar todas las botellitas de cristal que había guardado cuidadosamente en su bolsa esa mañana, incluyendo las que contenían la poción de la noche anterior. Una vez las hubo puesto delante de su interlocutora, las botellitas brillaron y desaparecieron. Las hermanas se miraron, sorprendidas, y fue entonces cuando la anciana las llamó.
—Gerda, ¿estás segura de que quieres irte?
—Sí, anciana. Hemos estado ausentes mucho tiempo. No quiero separarme de mi hermana, y nuestra familia estará preocupada, especialmente Tía Frigg.
—En caso de ser ese tu deseo… Escúchame bien. Las aguas de la cascada se abrirán y tenéis que atravesarlas rápidamente. El portal no durará mucho. Cogeos de la mano, como vinisteis, y esta vez no os soltéis en el camino. Con suerte, todo estará bien. Y ahora, ¡partid! Se acerca la hora.
Nerviosas, Hilda y Gerda se colocaron delante de la cascada, con el agua hasta los tobillos. Lanzando una última mirada a la anciana, que las estaba despidiendo, y a la otra bruja, que estaba moviendo las manos bajo el rojo atardecer, se prepararon para volver. Apretando la mano de su hermana, Hilda observó cómo se abrían las aguas de la cascada. Juntas, de la mano, las gemelas cruzaron el arco y, notando las salpicaduras del agua en la cara, empezaron a caer otra vez.
Gerda estaba levantándose del suelo, aún aferrada a Hilda, cuando se dio cuenta de que el libro no estaba. Estaban en la habitación vacía, con el mueble abierto, pero el libro no estaba. Soltando despacio la mano de su hermana, que también se había levantado, estaba preguntándose si comentarlo o no cuando oyeron la puerta de la entrada abrirse.
—¡Hilda! ¡Gerda! ¡Ya estoy en casa! ¿Podéis venir a ayudarme a entrar la compra? He traído muchas cosas que pesan: harina, pan, pasta, arroz, las maletas de vuestros padres…
Con una sonrisa y volviendo a cogerse de la mano, Hilda y Gerda bajaron corriendo a ver a su querida Tía Frigg y a sus padres, que por fin podían venir a verlas. Salieron felices, y nunca volvieron a preocuparse por el armario ni por el libro, aunque ambos seguían exactamente como ellas los habían encontrado horas atrás.
FIN
- Este relato forma parte del Reto de Escritura #Origireto2020, organizado por Stiby, de Sólo un capítulo más, y Katty, de La Pluma Azul de KATTY.
- Este relato, de 1644 palabras, corresponde al objetivo principal 9. Cuenta un relato en el que la magia tenga un papel importante.
- También cuenta con la referencia a un Cuento o Leyenda (objetivo secundario 1): A. Hansel y Gretel.
- También sale una Criatura del Camino (objetivo secundario 2): II. Brujas
/hechiceros. - Para esta historia se incluyen los objetos 17, una poción, y 23, magia.
- Objetivos anuales:
- Este relato tiene a una protagonista femenina, dando 5/3 para Rosa Insolente.
- También pasa el test de Bechdel, siendo 4/2 para Sororidad.
- Tiene representación LGB[T]+ o de minorías, siendo 4/3 para Tríada.
- Es un relato de fantasía, cumpliendo 4/2 para Doble Dragón (3/1 relato de fantasía y 1/1 de cifi).
- Dentro de la fantasía, se ubicaría en la fantasía doméstica, cumpliendo 3/6 para mi objetivo personal: Escribir 6 relatos de diferentes subgéneros dentro de la fantasía.
- Podéis encontrar el resto de mis entradas para el #Origireto2020 aquí.
Bonito cuento.
ResponderEliminarHay una frase que chirría:
"Estas brujas no le inspiraban nada de confianza, pero a la vez, la anciana había tratado tan bien a su hermana."
Ese tan deja la frase inconclusa, o bien se debe omitir o cambiar por un muy.
No me he enterado de lo de la tríada, ¿que colectivo minoritario sale? Me he perdido algún detalle, sin duda.
Saludos y nos vamos leyendo.
¡Hola, Isabel!
EliminarMe alegra que te haya gustado el cuento. Intenté hacer algo más tradicional, espero haberlo logrado.
La sensación de dejar esa frase inconclusa es intencional y está ligada a la representación de la chica trans. Como dijo Brayan hará unos días, lo mío es la sutileza en estos temas.
Me alegra que te haya gustado el relato pese a eso.
¡Nos vamos leyendo!
Hola Kam!
ResponderEliminar¿Soy yo o veo Covid por todas partes? Creo que nos ha influido a todos, pero esas pistas en el primer párrafo, ahí, a bocajarro... Es una cuestión personal, estoy saturada.
A partir de ahí la historia va muy bien hilada. Se reconoce el cuento perfectamente aunque sorprende el cambio de dimensión. Esperaba leer una historia adulta y me he llevado un chasco al ver que era un cuento blanco, puramente infantil. Cosas de las expectativas.
He detectado algunas cosas que me suenan raras, como la repetición de "pero" muy seguido en uno de los diálogos y una concordancia en "Era verdad, ahora que Hilda..."
Me pasa lo mismo que a Isefran en cuanto a lo de Tríada: no se que colectivo minoritario queda representado.
En cualquier caso me parece un buen cuento.
¡Hola, Yarcko!
EliminarLa referencia del principio es a nuestra crisis actual, ciertamente, siguiendo la estructura del género de la fantasía doméstica (por ejemplo, la mención a la guerra en El león, la bruja y el armario). Siento que te haya decepcionado el tono infantil, pero simplemente pegaba demasiado con el género para querer cambiarlo.
Tal como he respondido más arriba, me gusta usar la sutileza en estos temas. También siento que el estilo ligeramente más informal, más imperfecto, no te haya gustado.
¡Hasta la próxima!
Hola!
ResponderEliminarOtro buen relato que puedes apuntarte. Bien hecho!
Me gusta la sutileza con la que has introducido al personaje transgénero,empiezo a percibir un patrón importante en tu estilo de escritura y el introducir detalles tan sutilmente! Me gusta, creo que es valiente y demuestra una importante confianza en tus lectores (yo a veces siento que tiendo a sobre explicar las cosas)
Leer este relato me ha hecho especial ilusión porque no encuentro los fallos con los que te suelo machacar: diálogos excesivos y principios enrevesados. Así da gusto dejarte comentarios!! Es cierto que hay un diálogo en particular que me sobró un poco más, pero eso ya es ponerme tiquismiquis!!
El caso es que para poder decirte cosas feas,que sé que es lo que te gusta, he tenido que esforzarme un poco más. Te parecerá bonito...
Lo primero que te diría es que controles con las frases interminables. No es que se lean especialmente mal, principalmente porque haces un uso apropiado de las comas, pero a veces me da la sensación de que machacan un poco el ritmo,y que hacen la frase en sí más complicada de lo necesario. Tampoco te lo tomes como regla de oro, especialmente viniendo de mí que tiendo a poner frases demasiado cortas unas detrás de otras haciendo que todo suene mucho más monótono.
La segunda cosas un poco más grave a mí parecer, es que al ciento le falta un climax, no crees? Al principio pensé que habría un problema cuando intentaran enseñarle magia a Gerda. Que la bruja no iba a aceptar a una aprendiza transgénero, pero claro eso va en contra del Principio de Sutileza de Kam. Luego pensé que el conflicto estaría en el momento en el que Gerda decidiese no volver a casa, separando a las dos hermanas y causando un poco de drama. Incluso pensé que todo sería una artimaña del bruja! Pero al final nada,cruzan el portal y chimpún.
Pero lo dicho, una historia muy bonita y aunque el amor fraternal me pille de refilón, se nota que las hermanas se quieren mucho y que juntas lo pueden todo! Felicidades ;)
¡Hola, Brayan!
Eliminar¡Me alegra que te haya gustado el relato! Nada me hace más feliz que tu forma de apreciar mi estilo. Como dices, es un estilo que está más centrado en las pequeñas cosas, y creo que eso confude a alguna gente, pero me alegra mucho que te guste, aunque haya gente que haya dicho que tiendo a explicar demasiado poco.
Por supuestísimo me alegra mucho que mis fallos habituales hayan mejorado, aunque debo decir que la historia se prestaba a ello, así que si vuelvo a caer no me odies, porfa. Y me siento súper honrada de que te hayas esforzado por mí.
El tema de las frases largas supongo ue tampoco está muy lejos de las frases enrevesadas, la verdad. Intento tenerlo bajo control, pero el equilibrio entre mi estilo natural y lo que le suena natural al lector es probablemente con lo que más dificultades tengo en general.
Es cierto que no tiene clímax, pero eso es porque a veces creo que hay que romper un poco las reglas. Sabía que la gente esperaría algo horrible con las brujas, pero no quería escribir nada horrible, así que intenté hacer un relato más suave, más sutil. Lamento no haber logrado evitar que tus expectativas subieran demasiado con eso, though.
La verdad es que yo soy hija única, así que el amor fraternal nunca sé si lo pillo bien, pero me alegra que para ti haya funcionado y que te haya gustado mi relato.
¡Nos leemos!
Cuentoooo!!! Me ha gustado mucho este relato, las gemelas la magia, el detalle típico de explicar las situaciones como hechos sencillos y haces que el viaje de las hermanas te arrastre un poco con ellas. Creo que han comentado por ahí que han comentado por ahí que no se entiende mucho la representación LGBT+ en el relato, pero voy a mojarme y decir lo que he entendido, porque confío mucho en que todo lo que pones es absolutamente a propósito y me encanta tratar de entender cada pequeña cosa, así que creo que el tema es que ambas son niñas, pero una de ella es transexual. Por eso la bruja solo quiere quedarse a una de ellas como aprendiz (esto mal xD). Soy mala con los nombres así que puedo haberme liado, pero creo que por eso también la chica trans es más cortada y la otra la protege más y a la hora de jugar se siente incómoda con la idea de representar un rol masculino.
ResponderEliminarMe costaba adivinar el cuento porque niñes y brujas es muy Hansel y Gretel pero al ser dos niñas no lo asociaba tanto quizá, pero bien, válido, no hay secuestro, pero siblings + bruja + puchero +cabaña en el bosque, me vale xD
Como detalle, el tema minorias tambien yo lo usé en Hansel y Gretel en abril,
mi prota era enbi pero quedaba muy sutil y descontextualizado y echaba en falta algun detalle mas que le hubiera dado peso, así que admiro tu forma sutil de añadirlo en este relato.
Perfecto el objetivo de magia también y me encanta la imagen del libro, me ha recordado algunas historias que tenía x ahí olvidadas xD
Estupendo en general, meeme alegro de haberte leído dos veces este mes :3
.KATTY.
¡Hola, Katty!
EliminarMe alegra que te haya gustado el cuento, quería hacer algo un poco diferente a lo que suelo hacer (es decir, algo más tradicional, jajajaja). Me gusta que entendieras la rep, aunque liaste los nombres, jajajaja. La que protectora, que hace de hombre en el juego, es la que la bruja no quiere, porque bruja sí pero transfoba no, gracias xD
Me ha hecho gracia que te costara porque creía que era demasiado obvio el cuento en comparación a otras veces, las maravillas de la mente. ¡Y me acuerdo de tu relato! Yo he estado trabajando en intentar contar más en menos espacio, pero esto de la escribición es muy difisil.
¡Muchísimas gracias por leerme tanto, Katty! ¡Un abrazo!
¡Hola, Kam! Tenía ganas de pillar un ratillo para leerte.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el estilo de cuento y la ambientación, también los nombres de Hilda y Gerda que me parecen muy de cuento y al mismo tiempo me hacían pensar en las brujas. También me encantan las gemelas y que se quieran tanto.
Aun así, soy un poco espesa y me preguntaba por qué la gente trata mal a Gerda y por qué dicen que es una chica como si hubiera que puntualizarlo. Luego ya vi el resto de comentarios y lo entendí.
Por desgracia me pasa igual que a Brayan, esperaba otro final. No tanto uno con conflicto por parte de las brujas, pero quizá sí una lección que sacaran las hermanas o maybe que el portal quedase abierto y la posibilidad de ser bruja para Gerda siguiera ahí. Como termina con el armario y el libro igual que estaban, yo me lo habría tomado así, pero la frase "nunca volvieron a preocuparse por el armario ni por el libro" me lo chafa xD.
Anyway, gracias por este cuento y perdón por ser un desastre que siempre tarda en leerte. ¡Un abrazo!
¡Holi, Esther!
EliminarBienvenida de nuevo, jejeje. Me alegra que te gustaran los nombres y la relación fraternal, suele darme un poco de pavor que se me den mal estas cosas, jajaja.
Me sabe mal que no te haya gustado el final, pero sabía que eso era lo menos convencional de este relato, así que bueno, tengo que vivir con ello.
Gracias a ti por leerme y no pidas perdón, me lees cuando puedes ♥ ¡Un abrazo!
Hola Kam! Yo debo partir diciendo que me encantan los cuentos, por lo que el análisis que merece es partir diciendo ¡que excelente cuento has creado!!!. Siempre he tenido la sensación de que los cuentos infantiles no son tan blancos y puros, así que perfecto el inicio en torno a la contingencia.
ResponderEliminarA su vez al leerlo, pude entrar en Narnia en algunos momentos, jajaja, porque claro se observa la referencia a el león, la bruja y el ropero.
Me gustó el cierre, y veo en el cuento, la trama de algo lúdico de estas hermanas gemelas inseparables, que viven una aventura y que luego vuelven a su realidad. Así que un cierre perfecto!
Un abrazo
Saludos desde Chile
Dani
¡Hola, Dani!
EliminarMuchas gracias por leer y comentar, ante todo. Me alegra que te haya gustado este cuento que, como dices, es bastante lúdico e infantil.
¡Saludos y gracias otra vez por tu bonito comentario!
Hola, Kam :)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu estilo a la hora de narrar, me pega bastante con el cuento. También me han parecido curiosos los nombres de las chicas, que supongo que son el mayor guiño a Hansel y Gretel al mantener las mismas iniciales. La escena en la que juegan a ser brujas me ha parecido muy natural, porque se me ha hecho algo muy propio de niñes (jugar y ser revoltoses por toda la casa) y a la vez sirve a la trama porque introduces la ambientación mágica que se verá más adelante. Además, la actitud de las niñas es bastante infantil en todo momento, y lo digo en el buen sentido; porque a veces veo a niñes con razonamiento de adultes en otras historias y aquí sí creo que está muy logrado el carácter típico de esa edad.
Un apunte. Esta frase me suena bastante calcada del inglés, u otro idioma, quizás: «Aunque había algo acerca de ella que le ponía los pelos de punta» (there was something about her). Yo lo cambiaría a esto o a algún otro equivalente que suene más natural en español: «Aunque la mujer/la anciana tenía algo que le ponía los pelos de punta».
No me he dado cuenta de la representación trans hasta que he visto que has puesto LGB[T] en las aclaraciones, supongo que se me ha pasado la frase.
¡Un saludo!
¡Hola, Marga!
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado el relato, especialmente los toques más infantiles. Tus bonitas palabras me han animado muchísimo, especialmente en cuanto a la personalidad de las gemelas.
Ahora que estoy fijándome en esa frase, tienes razón que se me escapó el inglés ahí un poco. ¡Qué desastre!
Lo cierto es que la rep es muy sutil, así que es fácil que se escape, como les ha pasado a otras más arriba, pero no me gusta ser muy dramática con estas cosas así que tendré que ver si logro un equilibrio mejor entre sutileza y descripción.
¡Un saludo y muchas gracias por leer y comentar!
Que bonito ^^ Pero he de decir que yo estaba en plan: a que ahora Gerda suelta la mano de la hermana y se lía. A que pasa algo chungo. A que se las comen. A que viene un pájaro y las caga encima... Pero afortunadamente ha acabado todo bien, nos quedamos sin una nueva bruja, pero por lo menos están contentas y juntas.
ResponderEliminar¡¡Qué bonito escribes!! Un abracitooooo
¡Holi, Nes!
EliminarGracias por leerme, jo, y por dejarme comentarios bonitos. Pero jo, por qué queríais todos que les pasaran cosas chungas, con lo monas que son mis niñas.
¡Me alegra que te guste como escribo! ¡Un besazo, guapa!
Hola Kam,
ResponderEliminarSi yo de niño hubiera entrado dentro de un libro, me habría puesto a gritar como un loco que estoy dentro de un libro. En veinte minutos también querría volver a casa.
Me ha gustado mucho cómo has mezclado el diálogo con la narrativa. Fluye bien y no te entretienes en conversaciones innecesarias para avanzar la trama. Esto es algo en lo que me fijo últimamente, no sé por qué. Creo que me destaca de este relato pero por otra parte tampoco recuerdo que lo hicieras mal en tus anteriores.
La historia. No me ha disgustado pero veo que le falta un poco de gancho. Aunque la premisa de las niñas viajando a un mundo nuevo es interesante, la promesa de seguridad de la anciana hace que la historia no tenga mucha tensión a partir de ahí. Parece que las niñas estarán seguras, y efectivamente, al seguir leyendo, me doy cuenta que efectivamente están en buenas manos. Un poco más de... algo en este mundo mágico hubiera estado bien. No me extiendo con esto. Me entiendes.
Sigue escribiendo a niñas porque se te da muy bien.
Saludines
¡Hola, Salva!
EliminarCreo que yo de niña también habría hecho un poco eso. Me alegra coincidir.
Gracias por decir que el relato fluye, es algo que siempre he querido trabajar más y que me alegra lograr especialmente aquí. Entiendo lo que dices de la historia pero, como ya he dicho, es intencional. ¡Y gracias por el cumplido!
Hasta otra.