lunes, 5 de octubre de 2020

Admisiones (Relato para el #OrigiReto2020)



“No apto.” La evaluación es clara, y errónea. Para empezar, mi género no es masculino. Y para continuar, no debería haber suspendido. Por notas, objetivamente, debería haber sido apta. Reviso la aplicación, reviso mis notas, reviso la página oficial. Repaso mis cuentas y sí, debería salir positivo el resultado. Refresco los resultados. Negativos.

Respiro profundamente. Inspiro por la nariz, despacio. Una pausa. Espiro por la boca, concentrándome en la sensación al relajar el pecho. Tal como me enseñaron. Cinco cosas que puedo ver. El cursor blanco, temblando con mi mano. Parece estar saliendo el sol. Una araña moviéndose detrás de la lámpara. Eso son tres. El teclado mecánico. Mi taza, con el asa rota. Cuatro cosas que puedo tocar. La S está suave, gastada. El pelo me golpea suavemente contra el cuello. La eterna corriente de viento. Mi jersey favorito. Cierro los ojos: Tres cosas que puedo oír. El ventilador del ordenador, el zumbido del fluorescente, la puerta de la habitación batiendo. Dos cosas que puedo oler: El moho de las paredes y la ropa secándose en la estufa. Un sabor: café aguado amargo frío.

Ahora que he retomado el control, sólo queda una cosa que hacer. Primer paso: avisar a Zenah. 

—¿Qué tal ha ido tu experimento, Lys? —pregunta, tras el primer tono.
—Tal como creías.
—Siento haber tenido razón. Me habría gustado verte romper las expectativas. ¿Supongo que seguirás adelante con tu plan B?
—No es mi plan, mi plan no incluía nada de esto.

De hecho, mi plan consistía en creer en los resultados. Quería creer en el sistema. Tener una media perfecta, todo el voluntariado, todas las actividades extraescolares, y lograr lo imposible. Pero, en realidad, todos sabíamos que era imposible. Supongo que, tal como dicen, la esperanza es lo último que se pierde, porque una vida de oír los susurros en la tienda de la esquina, la que aún tiene vendedores humanos, no fue suficiente para hacerme creer que no podría huir de esto. Pero, antes de proceder con el plan, debo hablar con mi madre.

—Buenos días, mamá —saludo, entrando en la habitación principal y sentándome en el único sitio disponible, el sofá.
—Buenos días —responde, sujetándose el pelo en el recogido profesional delante del espejo de la entrada—. ¿Por qué estás despierta tan temprano?
—Han salido los resultados.
—Pobre, te han negado la plaza, ¿verdad? —Sus secas manos me acarician la mejilla medio segundo, quitándolas demasiado rápido, demasiado apresurada y volviendo a su pelo—. Ya sabes cómo es esto. No le digas a tu padre que aplicaste, sabes que no le gustaría. Ahora sé una buena chica y cuida de la casa —termina, ya en la puerta—. ¡Nos vemos mañana!

Tengo cinco horas hasta que mi padre vuelva del trabajo, así que este es mi momento para seguir con mi plan. Cojo mi tarjeta de estudiante, que caduca mañana; las llaves y mi única chaqueta. Ahora o nunca, Lys, ahora o nunca.

Entrar en el centro de estudios es fácil, aún tengo permisos. Lo que no es tan fácil es ver a la directora. Su asistente personal, PA-2309, no acepta ninguna de mis razones para entrar. Ni “queja formal”, ni “queja informal”, ni “dudas de futuro”, ni “asesoría profesional”. Por suerte, termina saliendo por su propia cuenta al cabo de treinta y ocho minutos. Me pasa por el lado, sin verme, taconeando por la recepción en dirección a la antesala.

—¡Directora Fairfax! Su asistente personal no me deja hablar con usted, pero tengo una pregunta muy rápida, ¿podría atenderme ahora? —pregunto, persiguiéndola a través de varias salas.
—Mi asistente personal existe para filtrar mis visitas, precisamente —responde, abriendo la puerta con un gesto de su pulsera domótica.
—Es sólo un momento, directora. Es sobre los resultados de admisiones.
—Ah, ¿era hoy? —pregunta, parándose finalmente—. Perdón, no debí actualizar los protocolos.
—¿Entonces va a concederme una visita?
—Por supuesto que no. Cada año tengo muchísimas quejas, muchísimos lloros. Usted no va a ser diferente, señorita. Pero debería haberle dado un protocolo de consuelo a PA.
—Yo no necesito ser consolada, Directora. Pero si abriera mi expediente podría ver que es perfecto. ¡Debería ser apta!
—Señorita… ¿Cómo se llama? —Su mirada destella un momento en azul y espero que vaya a investigar mi expediente y no a reportarme con su implante ocular.
—Smith.
—Bueno, señorita Smith, entienda que los resultados son inapelables. Usted es sólo una chica, es probable que haya cometido algún error de cálculo. Lo que demuestra que, en realidad, el resultado es más que correcto —termina, con una sonrisa perfecta.
—¡Pero, Directora Fairfax, por favor! ¡Escúcheme! Le prometo que cumplí con todas las directivas, realicé todos los programas de voluntariado, todas las actividades extraescolares requeridas…
—Las notas también son importantes, señorita Smith.
—¡Y tengo la mejor media de todo el centro! —añado, rápidamente.
—Eso no indica nada, señorita Smith. Nadie de este centro ha sido aceptado nunca. ¿Por qué cree que va a ser diferente?
—¡Tengo una media perfecta! —respondo, casi a voz de grito. Es difícil hablar con la opresión del pecho y el exceso de blancura del edificio.
—Señorita Smith por favor cálmese. El algoritmo nunca miente. Si el algoritmo ha indicado que usted no es apta, no lo es.
—Entonces, ¿está usted confirmándome que el algoritmo usa más datos en su selección que sólo aquellos que se mencionan en la página oficial?
—Señorita Smith, no se haga la lista conmigo. El algoritmo es ciencia. Y, como sabría si hubiese prestado atención en clase, la ciencia es perfecta. El algoritmo se implementó para evitar los errores humanos y para evitar la discriminación, y esos son su objetivo y su resultado. El algoritmo sabe lo que es mejor, señorita Smith. Ahora, salga de este centro de estudios al que ya no pertenece. —Y, con esas palabras, su perfecta manicura cierra la puerta en mis narices, dejándome clara mi posición. Tengo que volver a casa.

Llego tarde y mi padre está sentado en el sofá, comiendo su precalentado. Las noticias están sonando del antiguo televisor, cúbico, que ocupa toda la parte central del único armario. Noticias que están hablando, precisamente, de las admisiones. Sabiendo que pasar por delante de la tele no es una opción, decido comer más tarde e irme a mi habitación cuando oigo a mis espaldas que me llama:

—Lys, espero que estuvieras buscándote un trabajo. Ya te has graduado de la escuela, lo dicen en la televisión. Y tampoco habrás sacado la admisión que tanto querías. ¡Te creías que no sabía que ibas a intentarlo! Lo sabe todo el barrio. Y todos sabíamos que era perder el tiempo. Así que sé una buena chica, tráeme un vaso de agua y encuéntrate un trabajo —dice, todo de golpe, entre cucharada y cucharada de puré de patatas rehidratado.

Y, como buena hija, le lleno el único vaso de agua y se la dejo en el suelo, porque él está cansado de trabajar (como lo estará mamá cuando vuelva) y el metro de distancia entre el sofá de dos plazas y la cocina es demasiado. Respiro hondo, concentrándome en el frío y en las palabras de Zenah de hace meses: “hay muchos que se creen que no se puede hacer nada al respecto. No es su culpa, es como funciona esto. Se llama hegemonía”. Zenah, claro, tengo que llamarla.

Ya desde la seguridad de mi habitación, rápidamente vuelvo a llamarla, susurrando para que no me oigan desde la otra habitación.

—¡Lys! Me tenías preocupada. No desaparezcas así, que creía que no volvería a verte más —responde al teléfono con la voz ligeramente más aguda de lo que debería.
—Perdón, el viaje, la directora y mi padre me han mantenido ocupada.
—¿El resultado? —Un toque de esperanza. ¿Por mí, o por ella?
Niente.
—¿Y ahora?
—Acepto tu propuesta. Vamos a cambiar el sistema.
—Bienvenida a la resistencia, Lys. Pronto te daremos instrucciones.




FIN

14 comentarios:

  1. Buenas tardes

    Ya he leído tu relato. Lo que voy a destacar, aparte de que es estilo es bueno y el ambiente distópico está muy bien logrado (las máquinas, básicamente, dominan el mundo y la actividad laboral humana es dura y testimonial), son las referencias que pones para ampliar la información que tratas. Me han parecido interesantes.

    Conocía el concepto de "algorithm bias" y me ha parecido interesante aplicarlo a una historia. Puede ser un problema dejar que nos gobiernen los algoritmos, si es que no lo están haciendo ya.

    He pillado una errata. Te pongo en mayúscula la palabra a la que le falta una letra, ya corregida: "Me pasa por el lado, sin verme, TACONEANDO por la recepción en dirección a la antesala."

    Un saludo.

    Juan.

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    1. ¡Hola, Juan!

      Ante todo, gracias por leer y comentar. Me alegra que te gusten las referencias, pensé que estaría bien porque no todo el mundo tiene por qué tener conocimientos de cosas tan específicas de dos áreas tan diferentes. ¡Así que gracias por destacarlo!

      Reconozco que me inspiré bastante en cómo el algorithm bias afectó a la entrada a universidades este verano en Reino Unido, un caso muy claro del tema, por si te interesa ver un desastre reciente al respecto que quizá no haya salido en las noticias españolas.

      ¡Gracias por anotar la errata! Lo tendré en cuenta al corregir.

      ¡Hasta la próxima!

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  2. Hola, Kam :)

    Me ha gustado mucho en general. El relato funciona muy bien de forma aislada a pesar de ser cortito. Me gusta el segundo párrafo con las técnicas para relajarse, está muy bien descrito y suena como si la propia protagonista lo estuviera narrando y no un narración externo en primera persona, por detalles como el de: «Eso son tres», que suena a pensamiento apresurado en medio de una narración cuidada, y creo que ese toque espontáneo ayuda a que sea más creíble, porque al fin y al cabo nosotres no pensamos como en un libro, con todo perfectamente estructurado.

    Muy bueno el ambiente futurista y los detalles como la decoración blanca del centro de estudios, lo implacable que es la directora, lo difícil que es hacer un trámite burocrático en cuanto no utilizas las palabras exactas (cosa que ya pasa hoy en día, por desgracia, aunque sea sin las inteligencias artificiales de tu relato)... También la comida precalentada del padre, que todo se retransmita por televisión, la relación fría entre él y la chica. Esto no tiene que ver, pero también me ha gustado la puntillita de que Lys tenga que traerle el vaso de agua al padre porque él es incapaz (pista: no) de moverse.

    Creo que el papel de Zenah no queda claro del todo, eso sí. No sé si es una amiga de Lys que se ha unido a la resistencia, si es la líder de los rebeldes pero no tiene conexión emocional/personal con Lys más allá de eso... De todas formas, me gusta ese final. Le da mucha fuerza que acabe en un diálogo, y más con la frase esa de unirse a la resistencia. Tajante y fuerte.

    Ah, y voy a echarle un ojo a los artículos en cuanto pueda, porque la verdad es que todos parecen muy interesantes. Me llama especialmente la atención el último.

    Un saludo y enhorabuena, ha sido un gustazo leerte.

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    1. ¡Holi, Marga!

      Me alegra mucho que te haya gustado el relato y, especialmente, que funcione como obra autoconclusiva, considerando que el género suele prestarse a historias más largas. Estoy intentando trabajar en mi narración, así que me alegra haber logrado que funcionara en este texto.

      Considero que en una obra como esta los detalles son lo más importante, así que me anima ver que lo he logrado. Muchas gracias otra vez por tus palabras tan amables.

      La verdad es que en mi primer plan Zenah tenía más espacio, más protagonismo, pero la historia quedaba demasiado diluida para mi gusto, así que terminé cambiándolo. Como dices, queda un poco en la duda, pero esta es la historia de Lys.

      Me alegra que los artículos te parezcan interesantes, siéntete libre de comentarme por privado si lees alguno, yo estaré encantada de poder hablar con alguien de estos temas.

      ¡Un saludo y gracias otra vez! Nos leemos

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  3. Hola,
    el relato me ha resultado muy interesante de leer. Especialmente las sensaciones que describes a partir de los sentidos de la protagonista y como has utilizado las inteligencias artificiales como dato científico que se pedía en el objetivo.

    Deja muchas intrigas y ganas no me faltan de saber como continuaría. Por mi parte, me imaginaré las posibles continuaciones del relato. Creo que no es la intención continuar el relato, está magnífico tal cual lo has dejado.

    Nos leemos pronto :D

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    1. ¡Hola, Erica!

      Gracias por leer y comentar. Me alegra que la historia te haya gustado, aunque también me alegra que te guste como obra autoconclusiva, que era mi intención.

      ¡Muchas gracias y nos leemos!

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  4. Me encanta la explicación que das para este objetivo Kam, muy bien buscado. Y el relato genial, logras que se empatice muchisimo con la protagonista, lo narras tan personal y tan cercano, que te dan ganas de mandar a la directora a la porra y a sistema más todavía xD buen punto el final también y tan cuidados los dialogos <3 genial Kam, muy chulo, me ha enganchado ^^

    .KATTY.

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    1. ¡Hola, Katty!

      Ante todo, gracias por leer, comentar y recomendar. ¡Eres un cielo!

      Me alegra que te guste el relato, el objetivo y la narración, la verdad, temía que fuera una apuesta arriesgada pero me encanta veros disfrutando.

      ¡Un abrazo, guapa!

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  5. Interesante relato, muy diferente a lo que suelo leer.
    Quizá me falta algo más de historia, no sé, algo que me ponga en situación. Pincelas un poco la relación con los padres, que todo el mundo sabe que no va a ser aceptada, pero nosotros nos quedamos sin saber el porqué de intentarlo igualmente, sus motivos, sus anhelos...
    Saludos y nos vamos leyendo.

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    1. ¡Hola, Isabel! Y perdón por tardar tanto en responder.

      Me alegra que te guste el relato, aunque gran parte del contexto esté basado en detalles muy pequeños.

      ¡Saludos!

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  6. Sólo por el primer párrafo el relato ya es un diez, Kam. Ojalá pudieras darme más páginas disertando en detalle a tu personaje en su sensación de agobio y ansiedad. Bueno, nada como los 5 sentidos, por supuesto. Ojalá encontrara más olores desde mi habitación mientras intento disociarme de mi pantalla.

    Pero hemos venido a hablar de la ciencia ficción. Me gusta mucho el setting futurista en el que la tecnología es la regla: una regla patata y desastre. No sé cómo llamarle a este género pero tiene relevancia (voy a llamarlo 'ciencia basura'). El uso y abuso del protocolo, y de los robots para tareas que no son aptas para ellos, como dar ánimos, consejo.

    Justo hoy he leído un Tweet donde Aliette de Bodard dice que la ciencia no es objetiva y es objeto de la ideología que manipula su uso. Pues bien, ahí lo dices tú también, o más bien, lo dice tu contrario tu villana.

    Me ha gustado mucho el relato, sin duda, de los mejores de tu año.

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    1. ¡Hola, Salva!

      Gracias por ese parrafazo dejándome tan bien. La técnica de centrarse en los cinco sentidos es una magnífica técnica para bajar los niveles de ansiedad y me alegra que te haya gustado.

      Me hace bastante gracia el nombre de ciencia basura, la verdad, porque es un poco la sensación que da a veces el mundo. A todos nos gusta la ciencia ficción que piensa en un mundo en el que las máquinas funcionan genial y son objetivas, pero la realidad es bastante más cercana a lo mío, creo.

      Muchas gracias por tus palabras de ánimo y gracias por leerme una vez más.

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  7. ¡Hola!
    Hacía un montón que no leía uno de tus relatos (perdón!) y ¡madre mía! me ha gustado un montón. Llevas un buen equilibro entre los diálogos y la narración para no perder el interés en ningún momento, y creo que muestras del worbu exactamente lo necesario para que encuadre el relato sin necesidad de sobrecargar con explicaciones. ¡Pero es que desde el principio ya estás totalmente inmersa en la narración! Tengo que confesar que he intentado hacer eso de cinco cosas que veo, cuatro cosas que toco, etc. Es un momento super gráfico del relato que dice mucho más de la prota y su ansiedad que lo que podrías decir describiendo de otro modo. Me ha gustado mucho.

    No puedo compararlo con otros relatos tuyos porque los recuerdo poco, pero creo que este podría ser de mis favoritos. El padre me ha puesto un poco de los nervios, pero ¡la protagonista es divina! Me alegra que haya dado el paso final para unirse a la resistencia y tal vez cambiar algo para bien. ¡Esperemos que sí!
    Un abrazo!

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    1. ¡Hola, Stiby!

      No pidas perdón, ¡mejor tarde que nunca! Me alegra que te haya gustado, es bastante más tu estilo que otras cosas que hice el año pasado y me alegra que lo hayas disfrutado. ¡Me alegra que hayas intentado hacer eso! Es una muy buena técnica de "grounding", para bajar la ansiedad.

      Muchísimas gracias por tu comentario tan bonico, la verdad, lo cierto es que este relato estaba hecho para que ciertas personas te pongan de los nervios. ¡Pero me encanta que te caiga bien la protagonista! Y esperemos que sea un final feliz.

      ¡Un abrazo y gracias por leer y comentar!

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