lunes, 14 de septiembre de 2020

Artículo: La edición del diario de Virginia Woolf

Artículo: La edición del Diario de Virginia Woolf


¿Quién querrías que se encargara de la edición y publicación de tu diario cuando te murieras?


Esta pregunta lleva rondándome desde que leí Diario de una escritora (A Writer's Diary en inglés), de Virginia Woolf. Este diario, que reseñé aquí, fue publicado a título póstumo por su marido y editor, Leonard Woolf, en 1953. Esta edición elimina todo aquello que Leonard consideró "superfluo" y "privado" de sus documentos, dejándonos sólo con el esqueleto: desde el 4 de agosto de 1918 hasta el 8 de marzo de 1941 (20 días antes de su suicidio), recopila aquellas partes de su diario enfocadas a la creación literaria de la escritora: el proceso de planificación de nuevas obras, análisis literarios de sus lecturas, comentarios sobre sus proyectos de escritura, conversaciones con autores y editores de su círculo social... Dejando de lado todos aquellos elementos más personales, que pueden leerse, en inglés, en una edición íntegra en cinco volúmenes.

Sin embargo, es imposible no preguntarse: ¿cuál es el criterio que delimita qué es personal de qué es parte del proceso literario? Como escritora, no puedo evitar sentir que en algunos casos hasta los elementos más triviales de mi día a día podrían ser fuertes influencias en mi obra. Pero pongamos ejemplos.

En la obra presente no se narra el proceso de redacción de Una habitación propia (A Room of One's Own, 1929), el ensayo sobre ficción y mujeres que la aclamó como una de las grandes feministas de su época (y que reseñé aquí). Woolf menciona haber ido a una de las dos charlas que motivaron este ensayo, menciona la necesidad de cohesionar su contenido y su estructura... Y no se vuelve a mencionar hasta que ya ha sido publicado, mencionando ventas, números y fama. Son este tipo de situaciones en las que una se pregunta ¿a qué viene esa omisión? ¿Sería la propia Woolf, que se olvidaría de escribirlo? ¿O fue Leonard el que cortó esa información?

Carátula de Orlando, de Virginia Woolf
Tristemente, hay más ejemplos. Cuando leí los apartados de 1928 y 1929, esperaba encontrarme el germen de su feminismo, de sus ideas. Menciones a sus charlas, a Vita Sackville-West, su compañera sentimental de la época y presente, precisamente, en una de dichas charlas. Pero, sin embargo, no existen. Apenas salen referencias a Sackville-West, incluso en la época anterior de redacción y corrección de Orlando: una biografía (Orlando: A Biography, 1928), la novela inspirada en Sackville-West que ha sido considerada la mayor obra sáfica de la autora.

Estas omisiones me llevan a preguntarme: ¿Dónde está el límite entre lo literario y lo personal? ¿Acaso su opinión feminista no es relevante a su escritura? ¿Acaso no era importante su identidad como mujer bisexual?

Por supuesto, aquí puede haber dos respuestas. La primera, la obvia, es que esta es una obra centrada en lo estrictamente literario. Se habla del proceso de escritura (¡oh, Virginia, cómo entiendo no querer escribir ciertas escenas pese a haberlas planificado tú misma!), del proceso de corrección y edición, de la publicación, de ventas y fama. También se habla de literatura: Woolf planificaba al dedillo sus lecturas y mantenía su diario actualizado con ellas y con sus análisis y críticas.

Esta es la parte interesante de sus diarios: la literatura. Eso es precisamente lo que nos indica su esposo en la introducción y, realmente, no puedo estar más de acuerdo. De la selección, es ciertamente lo más interesante. ¿De la selección? De la selección. Porque, pese a que parezca que va a ser la totalidad del contenido de la obra, no lo es. Leonard decide introducir escenas del día a día que Woolf relató en su diario: interacciones sociales, el eclipse solar de 1927, paseos con Leonard Woolf... Y dudo, pongo tres puntos al estilo de Woolf en Tres Guineas (Three Guineas, 1938), que reseñé aquí. Porque he llegado a mi problema principal: Leonard Woolf.

Carátula de Una habitación propia, de Virginia Woolf
Vosotros, ¿en quién confiaríais para que hiciera una selección de vuestros diarios personales para publicación? Woolf, en un extracto que se conserva en esta selección, menciona confiar en su esposo, Leonard Woolf. Esposo y editor de la autora en la imprenta que crearon conjuntamente, la Hogwarth Press, también fue autor de algunas obras propias. La relación entre Leonard y Virginia Woolf era una relación abierta en la que, según se dice, él apreciaba a su esposa y aceptaba que esta tuviera amantes femeninas sin necesidad de esconderse.

Pero, ¿hasta qué punto podemos fiarnos de la selección de Leonard? Quizá en los 1920s, cuando Virginia Woolf dejó constancia de fiarse de él, habría sido una buena idea. Pero, en 1953, más de diez años tras el suicidio de su esposa, claramente había elementos que habían afectado al progreso personal de Leonard, no sólo por su historial depresivo y sus vivencias como judío. Y, por eso, he llegado a la conclusión de que sí, claramente la obra de Virginia Woolf está claramente marcada por su feminismo y por su bisexualidad, su diario siendo una de estas obras. Pero el diario ha sido editado.

Por supuesto, sin haber leído los 5 tomos íntegros de sus diarios desde 1915 hasta 1941 es imposible afirmar que se trata de un problema de la edición de Diario de una escritora en particular. Podría ser la propia Woolf omitiendo ciertos detalles de sus diarios. Pero ella misma dice en su diario que ella escribe para sí misma, sin editar, sin trabajar la forma, porque esa es la función de un diario... Sí, parece ser un problema de la selección. Y volvemos a la pregunta: ¿Es Leonard el problema?

Realmente, no tengo respuesta a esa pregunta. Tengo apuntes, ideas, conjeturas. Pero sí que tengo respuesta a la pregunta real: Virginia Woolf confiaba en él, pero el resultado no es satisfactorio. Leer sus problemas de ansiedad y de depresión, su síndrome del impostor, sus esfuerzos... Su diario resuena profundamente conmigo y, creo, con el resto de escritoras, noveles o profesionales, que existen. Observar su método, su análisis literario, sus infinitas correcciones en pos de la obra perfecta, es un conocimiento que nadie podrá quitarme. Pero la creación no existe en un vacío.

Su diario es una obra profundamente marcada por el género de Woolf. Y, sin embargo, no es una obra que trate el tema del género. Leyendo otras de sus obras surgía la imagen de una mujer feminista, escritora y editora, educada y de clase alta. Una mujer que traía temas nuevos al feminismo, que no era perfecta pero que trataba temas de la posición de la mujer en la sociedad y de safismo. Leyendo esta versión de su diario, casi parece otra persona. La obra trata, casi en un 90% de su totalidad, de qué autores (masculinos) leía, de qué libros escribía y cómo, y de con qué autores (masculinos) hablaba Woolf. Claramente, Leonard entiende que la creación no existe en un vacío.

Carátula de Tres Guineas, de Virginia Woolf
Y, sin embargo, hay elementos que elimina. Se mantienen sus procesos de escritura y re-escritura, sus quejas sobre escribir por encargo, sus esfuerzos por encontrar un equilibrio entre ficción y no-ficción y sus periplos escritoriles, punteados siempre por su trastorno bipolar, su depresión y el resto de sus problemas de salud. Podemos observar cómo las enfermedades, su círculo literario masculino y su esposo afectan a su vida y a su escritura. Pero no podemos ver cómo los referentes literarios femeninos (que menciona en Tres Guineas, por ejemplo), su círculo literario femenino o sus amantes mujeres son también partes de su vida y su escritura.

Creo que, a estas alturas del artículo, está bastante claro cuál es mi problema con esta obra. Creo que, también, es difícil criticar y culpabilizar. El mundo de 1953 era muy diferente al mundo de 1929, y cosas que a Woolf se le habrían permitido en su época quizá habrían imposibilitado la publicación de su diario tras su muerte. Por otro lado, Leonard claramente fue el gran beneficiario de esta edición. Realmente no puedo aportar una conclusión acerca del diario de Woolf, así que creo que es hora de volver a nuestra cuestión principal.


Personalmente, yo creo que yo no le dejaría a nadie mis diarios. En lugar de esperar a que mi esposo haga una selección razonable y luego queme los originales (parte de la petición original de Woolf y que, sabemos, no se cumplió), me voy a limitar a no escribir diarios. Porque, la verdad, no me fiaría de nadie. ¿Y vosotras?

12 comentarios:

  1. Nada, cuando tengas una discípula ya le puedes entregar su diario. Nos veo como future scholars, stalkeando Facebooks y Twitters para encontrar las verdades literarias de nuestras figuras favoritas.

    Yo tampoco sabría de quién fiarme. Quizá cuando tengas a alguna discípula que te adore con toda su alma quizá puedas confiarle parte de tus confidencias. Parte.

    Espero que tode experte en Woolf que se precie busque respuestas en su diario, porque sí, la vida diaria es muy influyente en las sensibilidades literarias de cada autore. Es en la vida diaria y a veces no en otras esferas, en la que se encuentran detalles interesantes, influyentes en la vida de les autores, como la relación entre Woolf y su darling.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Salva!

      La verdad es que pobres académiques del futuro, haciendo la investigación biográfica en redes sociales. Qué futuro más incierto les dejamos.

      El problema es que, como no tengo diario, lo de entregárselo a alguien se me hace... difícil.

      ¡Totalmente de acuerdo! Yo me esperaré a haber leído el resto de sus obras, pero considero que es muy interesante desde un punto de vista académico investigar la vida de les autores que nos interesan.

      ¡Gracias por leer y comentar! ¡Nos leemos!

      Eliminar
  2. ¡Hola! Acabo de descubrir tu blog y me quedo, ¡Espero verte por le mio! ^-^

    Muchas gracias por la información.

    ¡Nos leemos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola!

      Me alegra que te guste el blog, ahora voy a mirar el tuyo.

      ¡Nos leemos!

      Eliminar
  3. Impresionante articulo Kam, impresionante. Siempre me ha intrigado y llamado la atención esta autora, pero no he llegado a leer nada suyo por miedo a encontrarme un texto demasiado pesado para mí, ya lo comentamos alguna vez, pero lo tengo ahí en la lista de cosas por hacer más pronto que tarde. Pero es que aun sin leerla, cualquier dato o articulo sobre ella es realmente interesante por todo lo que representa su persona, en la época que fue y por supuesto su entorno y allegados y todo lo que influyó en sus escritos, pero vaya es que aquí hablas de tantos detalles y las implicaciones que han tenido, de la influencia de quienes luego publicaron sus diarios, su marido vaya, y de lo que pudo omitir o no, y es que es un no parar de preguntas que me han explotado la cabeza xD maravilloso y expuesto completamente el baneo y la criba que han sufrido las mujeres escritoras desde siempre, porque cuando alguien escribe algo pero lo deja en manos de otro, con otro criterio, que lo puede haber modificado, tienes tantas dudas sobre lo que nos ha llegado hoy día a las manos que da escalofríos. Sinceramente, me alegro de que la era digital permita dejar constancia de tus textos sin pasar por las manos de nadie, porque lo de dejarlo a cargo de alguien, no lo veo, y quemar los originales, lo pidiera ella o no, uf, es que me duele... Yo tampoco se los dejaría a nadie jaja, Kam, siempre quedará Lektu 🤣

    Me lo guardo :3 quiero leerlo con calma de nuevo. Gracias por el artículo, de verdad es genial💙

    .KATTY.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Katty!

      Ya comenté en su momento que es una escritora cuya no-ficción y ensayo son densos: muchas referencias, un estilo muy filosófico... Osea, lo típico de la época en no-ficción. Algún día leeré algo de ficción suyo ¡y te comentaré! Quizá sea más accesible. Quizá.

      Me alegra haberte hecho pensar, era la función principal de este artículo: plantear preguntas, estimular el pensamiento.

      Respecto a lo de la era digital, creo que el problema es más los escritos póstumos y el tema de las memorias y los diarios que las obras en sí, porque sus obras sí que están cargadas de elementos distintos. No sé, muchas cosas, pero mi diario no lo voy a subir a Lektu xD

      ¡Gracias a ti por leer, comentar y guardarlo! Un abrazo,

      Eliminar
  4. Tú en el párrafo 14: creo que ya sabéis cuál es mi problema con esta obra.

    Yo en el cuarto párrafo: ya veo cuál es tu problema con la obra.

    Menudo pedazo de artículo, Kam. 10/10. Would recommend. 🌟 🌟 🌟 🌟 🌟. Sin duda un estreno de sección por todo lo alto. Me ha gustado mucho,me ha parecido muy interesante. Y muy bien llevado. Vamos, me lo he leído del tirón sin darme cuenta! Ojalá más artículos como este... Aunque ahora has dejado el listón por las nubes.

    En cuanto a la pregunta... Yo tampoco dejaría mis diarios a nadie. Valoro en exceso mi intimidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Brayan!

      Me alegro que entendieras por dónde iba el artículo al principio, la verdad. También que te haya gustado el relato, en serio. Muchas gracias por los ánimos. Me alegra que te interese la sección y el artículo, prometo traer más en el futuro, aunque tienes razón con que he dejado el listón muy alto y será difícil no palidecer al respecto. Se ve que me gusta hacer eso.

      ¡Y el tema de la intimidad es un buen tema! Creo que estoy contigo en esa.

      ¡Un abrazo!

      Eliminar
  5. Qué magnífica entrada, Kam. Tenía muchas ganas de leerla y no me ha decepcionado.

    Me initriga mucho el personaje de Woolf cuando te escucho hablar de ella con tanta pasión como lo haces, siento que no sé nada de ella más allá de haber leído (sin mucho detenimiento) su ensayo "Una habitación propia", pero leyéndote a ti me parece un personaje tan complejo, interesante y rico, y me dan ganas de leer más de ella y de su obra.

    Por supuesto, es una lástima que la selección de los diarios no fuera muy acertada, y ya sabía por dónde iban a ir los tiros al respecto. Aunque quizá no fue enteramente Leonard Woolf, sino el cambio en la sociedad que comentas.

    En mi caso no habría problema con la publicación de ningún diario, porque no me creo capaz de llevar ninguno. Como dice Salva, quizá en el futuro se estudien las publicaciones en redes, blogs, comentarios, etc. para entender a une autore. Estoy segura de que darían pie a estudios muy interesantes.

    Gracias de nuevo por esta gran entrada. Un abrazo y hasta la próxima.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Esther! Gracias por leer y por dejar un comentario tan bonito.

      La verdad es que gran parte de mi conocimiento de Woolf viene de la edición tan buena que leí (con bastante detenimiento) de "Una habitación propia" y de "Tres Guineas", así que me alegra crearte esas ganas de conocer más pero tampoco soy una experta.

      Tal como mencionas, es difícil saber el razonamiento detrás, pero la selección claramente no es acertada.

      ¡Tenéis mucha razón! A mí también me parece muy interesante que en nuestra generación se lleven mucho menos los diarios (¡yo tampoco tengo uno!) y que los estudios biográficos se tengan que hacer a través de las redes sociales. Ojalá ver los principios de eso en algún momento.

      ¡Un abrazo y gracias a ti por este comentario!

      Eliminar
  6. Muy buenas! Qué interesante artículo y qué rabia da plantearse todas esas preguntas. Las omisiones están claras, según mi entender, si como dices menciona cosas sociales que hacía con hombres, pero ninguna de las que hacía con mujeres.
    En mi opinión tal vez no fuesen omisiones a adrede del marido, sino más bien, y esto casi sería más triste, que él no consideraba importante esa parte de la vida de su esposa en la que tenía amantes mujeres o amigas. La verdad me da qué pensar.

    Por otro lado, sobre la cuestión de a quién dejaría mis diarios... pues la verdad es que suena triste decir que no creo que en mis diarios haya oculto nada que a nadie le interese especialmente leer ni ahora ni en un futuro, así que supongo que simplemente nadie los editaría jajaja. Pero en el supuesto de que sí, pues la verdad es que casi preferiría que se publicasen tal cual estuvieran escritos, y así cualquier omisión sería real y no empezaría nadie a conjeturar si han sido censurados xD

    Como dicen por ahí arriba, hoy en día casi escribimos nuestros diarios en tuiter o directamente en blogs, así que creo que en cierto modo nosotros mismos ya mostramos al mundo lo que queremos que vea, por lo que no haría falta edición post-mortem porque ya la hemos filtrado nosotras al decidir poner esto y no esto otro en el tuit random de las 5 de la mañana (?

    Me ha parecido súper interesante Woolf en este artículo y eso que realmente sólo sé pinceladas sobre ella. La verdad es que me gustaría leer más sobre la vida de ciertas personas pero el tema del inglés me tira mucho para atrás y siempre acabo por no hacerlo.

    Anyway, genial entrada, me ha gustado mucho!! Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Stiby!

      Lamento responderte tan tarde, pero lo cierto es que precisamente este tema salió en la LC de Cómo acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ, y creo que terminamos precisamente comentando esto otra vez en base a lo que mencionaba el libro (básicamente, que sí que fue Leonard). Aunque creo que fuiste demasiado benigna con él, ya sabes que criticó mucho Tres Guineas.

      ¡Creo que tienes razón! Puestos a estudiar los escritos privados de nadie (que ahora sabrás por qué son tan importantes), creo que es mejor siempre hacerlo de forma íntegra para que, como tú dices, no haya que conjeturar sobre su posible censura.

      Claro es que las redes sociales públicas realmente no son exactamente lo mismo, porque siempre habrá cosas que se escondan, así que lo veo complejo para el futuro....

      ¡Si quieres leer más a Woolf, la mayoría de sus escritos, incluyendo este diario editado, están en castellano! Sólo que habrá que esforzarse un poco por encontrarlos, pero estar están.

      ¡Gracias por leer y comentar! ¡Un abrazo!

      Eliminar